"Justicia es que el que tenía un arma verdadera pague, y de ahí para arriba, los que dieron las órdenes también", declaró la mamá de Pablo Grillo, María Del Carmen Bucceroni. En el programa radial No Mientan Más, Bucceroni también opinó que debe revertirse la situación de represión sobre la gente que se expresa en las calles: "que al que no le gusta algo lo pueda decir, y que un periodista pueda mostrar los agravios sin sufrir lo que le pasó a Pablo".

Para ella, Patricia Bullrich es una de las autoridades que debería presentarse ante el tribunal para hacerse cargo de lo que le sucedió al fotoperiodista. El día que Grillo fue impactado por una cápsula de gas lacrimógeno, Bullrich era ministra de Seguridad y en las inmediaciones del Congreso se llevaba a cabo su luciente "protocolo antipiquetes", para reprimir una marcha de jubilados.

Bucceroni contó que la familia está contenta por los avances en la rehabilitación de Pablo Grillo, que pudo ponerse de pie por primera vez después de nueve meses, pero todos guardan sentimientos encontrados. Emoción y mucho enojo. La madre explicó que la enoja la situación actual de su hijo, "que no es la correcta". Pero, a la vez, la alegran sus ganas y su energía: "nos pide que le llevemos la cámara porque tiene ganas de sacar fotos en el hospital".

Sobre la carta abierta que le dirigió a la jueza del caso, María Servini de Cubría, Bucceroni contó que la escribió una noche en que Pablo estaba en coma porque había dejado de comer. "Tenía tanta bronca de verlo ahí en la cama, con la mirada perdida y, como no podía llorar porque estaba dándole fuerzas, agarré un cuaderno y al lado de la cama empecé a escribir lo que sentía. Ni siquiera la volví a leer", declaró, y explicó que fue Emiliano, su otro hijo, quien la leyó y le pareció que debía llegarle a la jueza.

En la carta sostuvo que el 12 de marzo, cuando Pablo Grillo fue herido de gravedad, él ejercía su trabajo de fotógrafo "al igual que el gendarme, con la diferencia de que mi hijo tenía en su mano una cámara fotográfica y Guerrero un arma letal que casi mata a mi hijo". "Usted tampoco conoce a Pablo, por eso yo quiero contarle que es un muchacho empático, solidario, estudioso, trabajador y colaborador con sus pares en el trabajo. Y sí, también es militante. Creo que esto último no es cuestionable, ¿no?"

En la entrevista radial, Bucceroni declaró que lo único que quiere es que lo que le pasó a su hijo sirva de algo. Se disculpó por las lágrimas, y deseó que lo sucedido "valga la pena, para que la gente se dé cuenta que esto no le puede volver a pasar a nadie; ni a un periodista, ni a un militante".