Locales 04/09/2022
Recuerdo especial
En el período 1852-1880 los gobiernos consideraban que la inmigración era necesaria para el desarrollo de nuestro país.
Así podía garantizarse la mano de obra que se requería para actividades agropecuarias, tendido de las vías férreas o construcciones urbanas.
Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, el Congreso nacional dictó la ley 817, que reglamentó el ingreso de inmigrantes extranjeros al país.
Muchos de los inmigrantes que ingresaban al país, hasta 1880, regresaban a sus países de origen, después de emplearse en algún trabajo temporario.
Pero después de ese período, los extranjeros se radicaron en la Argentina.
La inmigración se mantuvo, con alzas y bajas, hasta el año 1930.
Los primeros españoles llegaron al actual territorio de la Argentina entre los siglos XVI y XVIII influyendo en la organización política, social y cultural de la República Argentina.
Hoy a modo de homenaje honro a dos personas muy queridas: Mis abuelos paternos que vinieron como tantos otros de la lejana España a trabajar esta bendita tierra llamada Argentina.
Allí dejaban madre, padre, hermanos, abuelos, tíos, primos; huían de la guerra.
Mi abuelo, Bienvenido Turrión, nació el 18 de enero de 1880 en el pueblo de Brincones, provincia de Salamanca, partido de Ledesma. Llegó a nuestro país en 1912, en el vapor England Glew de la Compañía Nelson. Era hijo de Julián Turrión y Gabriela Pérez, oriundos del pueblo de Brincones; fallecidos en España.
Mi abuelo al llegar a estas tierras se instaló en un campo en el partido de Bolívar, provincia de Buenos Aires, haciendo trabajos de herrería. Trabajó durante un año y regresó a España en busca de su prometida, Felipa García, nacida en la ciudad de Salamanca el 26 de mayo de 1890.
Felipa y Bienvenido contrajeron matrimonio el 23 de octubre de 1913 (foto) y volvieron a la Argentina ese mismo año.
Cuando llegaron, se instalaron en el establecimiento rural mencionado anteriormente.
Allí nacieron sus siete hijos: cuatro varones y tres mujeres. Todos concurrieron a una escuela rural de la zona.
Sus hijos crecieron, tomaron sus propias decisiones y emigraron a la ciudad de San Carlos de Bolívar en busca de su propio porvenir.
Trabajaron y progresaron honradamente.
Formaron su familia.
Mis abuelos paternos, sus hijos y otros familiares ya han partido a la patria celestial. Desde algún lugar, en nuestro peregrinar diario, nos estarán acompañando y guiando a los que hemos quedado de su árbol genealógico hasta que volvamos a reencontrarnos en un eterno abrazo.
Teresa de los Ángeles Turrión (Teresita)
Foto: Bodas de oro (50 años de casados) de Felipa García de Turrión y Bienvenido Turrión junto a sus 7 hijos: Cándido, Celedonio, Angel, Julián, Amalia, Elvira y Bienvenida.
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