19 de abril de 2024

Internacionales 20/07/2021

A 52 años de la llegada del hombre a la Luna

APOLO 11

Hasta el 20 de julio de 1969, a la Luna se la habi?a mirado, se le habi?a cantado, recitado, filmado, estudiado e incluso rondado, pero jama?s nadie la habi?a pisado. Tal di?a como hoy, hace 52 an?os, tres hombres a bordo de un artefacto que entonces representaba la ma?xima sofisticacio?n tecnolo?gica y que hoy es ninguneado frente a un smartphone, llegaron a ese mundo ignoto para cruzar la primera frontera fi?sica de la era espacial. Ante millones de almas en vilo pendientes de sus movimientos por la televisio?n, dos de ellos bajaron por la escalerilla y dieron unos pasos vacilantes sobre el regolito. Recogieron ra?pidamente unas piedras, para tener una prueba que ensen?ar en la Tierra si algu?n peligro les obligaba a dejarlo todo y regresar al mo?dulo lunar, colocaron varios experimentos cienti?ficos y plantaron una bandera que fue el orgullo de una nacio?n.

Tan increi?ble fue la gesta que hay gente que au?n no se la cree. "La bandera ondeaba", dicen los esce?pticos sin querer atender a razones. Aunque quiza?s sea au?n ma?s sorprendente que otros muchos la hayamos normalizado. Como si fuera fa?cil recorrer casi 400.000 kilo?metros y subir hasta ahi? arriba. Llegar (y volver) supuso un alarde de innovacio?n, heroicidad y ambicio?n infinita. Por no hablar de los costes ingentes.

Esta nota pretende rendir homenaje a una hazan?a que ha marcado la Historia de la humanidad como muy pocas lo han hecho. Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, los astronautas de la misio?n Apolo 11, fueron aute?nticos exploradores.

Y es que en algo más de cinco de?cadas nos hemos adentrado en el Sistema Solar mediante exploradores robo?ticos y hemos establecido un asentamiento humano permanente en el espacio con la Estacio?n Espacial Internacional (ISS). Precisamente, nos fijamos en co?mo se desarrolla la carrera espacial en un entorno geopoli?tico en el que EE.UU., Rusia y China compiten por la hegemoni?a al tiempo que Europa juega importantes bazas. Y Espan?a. Algunas de nuestras empresas trabajan en proyectos punteros que facilitara?n el regreso a la Luna. Si?, la aventura tendra? una segunda parte.

Porque las huellas de Armstrong y Collins, como las del resto de hombres de las sucesivas misiones Apolo, estaban condenadas a desaparecer en el polvo lunar, pero se dejara?n otras nuevas. En pocos an?os volveremos al sate?lite y probablemente sera? una mujer quien de? el "pequen?o paso". Lo haremos de forma diferente y habra? ma?s jugadores involucrados. Agencias espaciales de todo el mundo quieren ser parti?cipes. Esta vez, se visitara? una zona distinta: la cuenca Aitken, en el polo sur lunar, que hasta el momento solo se ha observado en o?rbita. Pretendemos quedarnos alli? y explotar los recursos lunares, que son muchos. Pero sobre todo sera? el trampoli?n para saltar a Marte, gran objetivo y siguiente frontera espacial.

Mientras, la Luna seguira? cambiando cada noche ("inconstante", le llamaba la Julieta de Shakespeare), moviendo las mareas y estabilizando tanto la o?rbita como la inclinacio?n del eje de rotacio?n terrestre, lo que permite la vida. Somos afortunados de tenerla. Y los poetas, mu?sicos y dema?s artistas seguira?n fija?ndose en ella en busca de inspiracio?n, como lo hizo por primera vez el chino Li Bai en el siglo VIII. Tanta fascinacio?n nos genera que incluso hay quien se empen?a en parcelarla y venderla a trocitos. Que? ilusos.

El sate?lite natural tiene sus propios proyectos y se aleja de nosotros 4 centi?metros al an?o, pero hoy, sin duda, esta? ma?s cerca que nunca.

La primera frontera | por Judith de Jorge

ABC España


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