Locales 15/07/2025
Jorge Reinaldo Vanossi
La Cámara de diputados, siempre fue así, siempre ocurrieron episodios desagradables y desencuentros. Como toda sociedad, Argentina está integrada por ciudadanos muy malos, malos, regulares, buenos y muy buenos, por eso, las personas que ocupan las bancas, tienen las mismas características. En el diario La Prensa había un gran periodista de pluma fina, que escribía editoriales sobre política bajo el seudónimo de Daniel Lupa. Decía que estaba bien que el Congreso representara a todos los sectores de la sociedad, lo que no estaba bien, (lo decía en esa época), era que los malos superaran ampliamente a los buenos. Por eso la decadencia argentina, cuyos principales responsables habitan en el Congreso, nos trajo a estos días donde el ejemplo que mandan a diario es aberrante y nauseabundo, los incapaces e inútiles, forman la mayoría. Al nivel intelectual, educativo, moral y de honestidad de aquellos hombres y estos, los separa un abismo. Trabajé 40 años en la Cámara, tengo autoridad y conocimiento para decir lo que digo. Entre tanta basura, siento la necesidad y obligación, de hablar del que para mí, fue el mejor diputado de la Nación, del último renacimiento constitucional. Trabajé 8 años en su despacho como cadete, auxiliar, hablo del doctor Jorge R. Vanossi. (UCR Ciudad de Buenos Aires)
Abogado, a los veinte años de edad, con "Diploma de Honor", Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales, Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Nacional de La Plata. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Montevideo, 1973). Autor de 18 libros y más de trescientos trabajos publicados, sobre temas de Derecho Constitucional y de Derecho Político. Escribí el 1% de su curriculum. Honesto, dueño de una conducta intachable y un nivel académico superlativo. Muy respetuoso. ¿Todos los diputados tienen que reunir éstas condiciones?, no, todos no, la mayoría. El doctor Vanossi llegaba al Congreso todos los días a las 9 de la mañana, almorzaba fuera del Palacio y se quedaba hasta las 20:30 cuando no había sesión. Su sobresaliente obra legislativa quedó impresa en varios tomos publicados, editados en la imprenta de la Cámara y a contra pelo de los demás, lo pagaba Él de su bolsillo. En todas escribía "Rendición de cuentas". Me decía, "Guillermo, yo tengo que rendir cuentas al pueblo de mi trabajo como diputado. Todos los desplazamientos por la ciudad los hacía en taxis. Respondía toda la correspondencia, la que no era rigurosamente ligada a la función, me la daba a mí con el dinero para que las despachara por Correo Argentino. Fue Vicepresidente de la Cámara en dos oportunidades. Nunca aceptó dinero de fondos reservados. Un mediodía, quedé solo en la secretaría y me dijo: 'por favor Guillermo, llame al Tesorero'. Escuchaba el tono de voz elevado, cuando se retiró me contó: 'Qué vergüenza, esto no puede pasar, en mi sueldo vinieron 300 pesos de más' (pongamos 30.000 de hoy); no me ocultaba su bronca, fastidio y decepción. Nadie podía ingresar a su despacho si Él no lo llamaba, no podíamos pasarle llamadas telefónicas porque lo interrumpían, anotábamos y cuando Él llamaba, la Secretaria le contaba y decidía qué hacer.
Las reuniones que citaba en su despacho no duraban más que el tiempo necesario para dialogar del tema. Trabajaba para Él, en ocasiones para el conjunto del bloque y también para el Poder Ejecutivo. Trabajaba todo el día, no toleraba ninguna interrupción. Siempre vestido muy elegante. Un respeto por el horario incomparable. Yo sentía (y siento) por Él una profunda admiración y El confiaba mucho en mí. Un día me dijo: 'Por favor Guillermo, necesito 5 copias de esta hoja que no puede ver nadie qué dice' y me la dio doblada. Fui hasta el segundo subsuelo, volví, se la di y nunca sabré qué decía, Él había sido muy claro, 'nadie la puede leer'.
Es imposible, por lo extenso y valioso, contar más narraciones sobre su grandeza. Le agradezco infinitamente cómo influyó favorablemente en mi formación personal. Fue un Diputado Nacional brillante. Fue y es, una persona extraordinaria.
Doctor Guillermo Raúl Ni Coló | agusal2000@yahoo.com.ar
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