El lateral de Boca jugó un partidazo: tuvo una excelente recuperación, un pase de lujo y un casi-caño que derivó en discusión. Se fue acalambrado. 

El veinticinqueño Valentín Barco, de apenas 17 años (los cumplió el pasado 23 de julio), es una de las jóvenes promesas que tiene Boca en sus Inferiores. Había debutado apenas una semana atrás, en Unión ante Santa Fe, mostrando buenas credenciales. Y ante la urgencia, el lateral izquierdo arrancó nuevamente como titular en el Florencio Sola en el equipo dirigido por Sebastián Battaglia, con nueve debutantes. Fue 0 a 0.

?Mucho criterio para pasar al ataque, con una interesante técnica. Y, por si fuera poco, despliegue y garra para cumplir con la faceta defensiva. Eso se vio nítidamente, una vez más, ante el Taladro. Especialmente, cuando promediaba el segundo tiempo, fue doblemente protagonista.

Primero, con una gran capacidad de recuperación, siguió a un rápido y experimentado Cuero y lo cerró, colaborando con el arquero Lastra. El Colo se tiró al pisó, desactivó una chance clarita y despúes fue ayudado por uno de los centrales para despejarla.

Apenas unos minutos más tarde, dando muestras de su calidad, le metió un pase no look (girando la cabeza) a un compañero. Eso, mas un intento de caño desató la calentura de los rivales. "Sos canchero", le dijo uno de los dirigidos por Archu Sanguinetti. Subió la temperatura por el chiche de Barco, con el partido 0-0 y Banfield sin encontrarle la vuelta al Boca conformado por chicos.

A diez minutos para el final, Barco -extenuado como sus compañeros- debió pedir el cambio por una molestia física. Fue reemplazado, pero el árbitro entendió que estaba haciendo tiempo y le mostró la amarilla. Dejó su huella y, por lo visto, tiene un interesante futuro. 

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