20 de abril de 2024

Locales 20/02/2021

"Bartolo" después de tres meses, de nuevo con su familia

Fue encontrado lastimado, con una avanzada infección y en estado de desnutrición

Allá por el mes de noviembre; las redes, las ventanillas de los autos, los medios de comunicación; los negocios fueron inundados de carteles y pedidos por él, junto con su foto y una recompensa ofrecida. 

Bartolo, un perrito dulce, criado con mucha dedicación y amor, vio abierta la puerta de su casa y salió; cruzó la calle; una moto lo golpeó y huyó despavorido, asustado, sin rumbo. A partir de ese día comenzó la búsqueda. Una búsqueda que se tornó desesperada y angustiante para sus dueños; ¿Cómo estará? ¿Dónde estará? ¿Tendrá hambre? ¿Frío? ¿Calor? ¿Estará vivo?; Y todas esas preguntas no tenían respuestas. Meses de incertidumbre, tristeza, y mucho dolor. Llamados que alertaban sobre perros similares, viajes, muchos, muchísimos, hasta a otras ciudades, intentos fallidos; y Bartolo no aparecía. 

Las esperanzas siempre estuvieron intactas para su familia, pero la angustia era cada vez mayor, hasta que el milagro se hizo. Un milagro que tiene nombre y apellido, Diego Acquaviva.

Fue el jueves 16 de febrero, cuando recibieron el tan esperado llamado. Bartolo, había estado deambulando durante todos esos meses, cansado, con hambre, con sed, y con una gran infección en su cuerpo; con sus últimas fuerzas llegó a una chacra en cercanías de La Rural y se refugió debajo de unas chapas. Paradójicamente fue ese el olor nauseabundo, producto de su lastimadura el que alertó al dueño del lugar.

Ese mismo día, Diego, se dirigió hasta un negocio y se encontró con el cartel, y la imagen de Bartolo; dudó, porque lógicamente ese perro "no era el mismo", no estaba en las mismas condiciones que cuando se perdió, pero llamó y ese llamado todo lo cambió. 

Se hace difícil poder describir en algunas líneas, la alegría de ambos cuando se volvieron a encontrar; la desesperación de Bartolo y el llanto de su dueño, quien desde su desaparición no hubo un segundo en que no pensara en él. "Esta noche por fin voy a poder dormir", fueron sus palabras.

Hoy Bartolo se está recuperando muy bien, feliz, junto su familia de nuevo. Seguramente hay muchos "Bartolos" por ahí y muchos dueños desesperados, pero hay algo que es cierto: "La esperanza nunca se pierde y los brazos jamás hay que bajarlos". 

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