¡Dulcísimo Corazón de Jesús que en el divino sacramento estáis vivo e inflamado de amor por nosotros! Aquí nos tenéis en vuestra presencia pidiendo perdón por nuestras culpas e implorando vuestra misericordia. Nos pesa, oh, buen Jesús, de haberos ofendido, por ser vos tan bueno que no merecéis tal ingratitud. 

Concédenos luz y gracia para meditar vuestras virtudes, y formar según ellas nuestro pobre corazón. Amén. 

ORACIÓN 

Omnipotente y semieterno Dios mirad el Corazón de vuestro amantísimo Hijo y a las alabanzas y satisfacciones que os ofreció en nombre de los pecadores y conceded propicio el perdón a los que imploran vuestra misericordia en nombre de vuestro mismo Hijo Jesucristo que con Vos vive y reina en unidad con el Espíritu Santo Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén. 

Colaboración: Teresita Turrión