Ha pasado casi un año y el conflicto salarial en la Clínica Saladillo sigue sin resolverse. En un país con una inflación del 100% es imposible que los y las trabajadoras lleguen a fin de mes con falsas promesas. 

El reclamo comenzó cuando un grupo de trabajadoras y trabajadores hicieron público el atraso en los pagos y deudas viejas de aguinaldos no pagados, sumando un virtual cierre de la Clínica. 

Tomaron una medida de fuerza que contó con alto acatamiento. La repercusión pública fue inmediata, generándose intercambio mediático entre diputados, diputadas, concejales, directores y demás. Pero el pago no aparecía. El gremio de la Sanidad, en un principio, brilló por su ausencia para luego, una vez estallado el conflicto correr a ponerse al servicio de la lucha.

Desde el FITU nos solidarizamos y nos pusimos a su total disposición. 

Entre tanto dislate discursivo surge la posibilidad de que un grupo empresario tome las riendas de la Clínica y se haga cargo de quienes trabajaban y sus deudas 

Con bombos y platillos el oficialismo de Juntos y la oposición del Frente de Todos anunciaron la continuidad laboral y el pago de toda la deuda. 

En mayo se hizo cargo la nueva gerenciadora y, lamentablemente, imcumplió con los pagos prometidos.

La deuda ni fue saldada en su totalidad, solo en cuentagotas y sumando amenazas a quienes exigían que les pagaran lo adeudado. 

Como la vez anterior, el gremio de la Sanidad no mueve un dedo por defender a sus afiliados y afiliadas, dejando, de hecho, correr el incumplimiento de lo pactado.

Desde el Frente de Izquierda nos solidarizamos públicamente nuevamente y exigimos que se cumpla con lo adeudado. 

Pago ya de lo adeudado.

Basta de amenazas. 

Ningun despido.