Después de una sequia que la sacó del circuito cañófilo, la legendaria laguna muestra atisbos de recuperación y ya experimentadas cañas logran buena pesca de pejerreyes. Un ámbito para visitar y cuidar. 

Daniel Console | Weekend

Los intentos al pejerrey se hicieron en la modalidad embarcado, con equipos tradicionales y como carnada lo que más rindió fue la mojarra chica, aunque intercalando filetes de dientudo y camarón, también hubo resultado positivo. 

Contra todo pronóstico y cuando pocos lo suponían, una laguna emblemática para la pesca deportiva ha recuperado su esplendor. Hablamos de Lobos, un pesquero en el que la presencia del pejerrey había sido escasa, y eran pocos los que intentaban dar con algún flecha de plata. La mayoría esperaba que todo cambie en la temporada 2026, momento en que se podrían ver los resultados de las repoblaciones recientes.

Los lugareños que la venían siguiendo, seguramente algo habrán observado e iniciaron los intentos. En este caso en particular, un gran conocedor del espejo como lo es David Isa, quien junto a un compañero de embarcación metió la cuota de 25 ejemplares de excelente porte, lo cual viene a anunciarnos que está bien poblada de flechas de plata. 

La pesca fue en las últimas jornadas, lo que hace que uno se pregunte acerca de dónde estaban esos ejemplares. Como venimos informando de distintos lugares de la provincia de Buenos Aires, los espejos se llenaron de agua e incluso se hicieron de resiembras naturales con los afluentes que no sólo le aportaron más caudal, sino que evidentemente también por la interconexión se introdujeron en la laguna distintas especies. Es este caso fue el pejerrey, y no debe de ser del lugar, porque no había y no son los clásicos que la habitan, tienen otro color, otra conformación. 

Por otro lado, asiduos del ámbito nos cuentan sorprendidos la gran cantidad de dientudos que promedian los 200 g, de los cuales se pueden pescar una veintena en un rato, cuando la laguna está planchada. Los intentos al pejerrey se hicieron en la modalidad embarcado, con equipos tradicionales y como carnada lo que más rindió fue la mojarra chica, aunque intercalando filetes de dientudo y camarón, también hubo resultado positivo. 

De más está aclarar, y tal como nos decía nuestro corresponsal del pique semanal en Weekend Web Maximiliano Rinaldi, que no todos los pescadores que vayan cumplirán la cuota diaria, ya que en líneas generales no ha sido una laguna fácil nunca. Pero haciendo bien las cosas, la media podrá estar entre 8 y 12 ejemplares, lo suficiente para sentirse satisfecho. Hay que estar alerta de esquivar los dientudos. 

Sin lugar a dudas, estas son las noticias que siempre quisiéramos dar, las lagunas que se recuperan en caudal y en pesca. La laguna de Lobos, a solo 121 km de Buenos Aires, poco más de una hora y media por autopista, una opción que parecía olvidada y, como tantas veces, resurge de sus cenizas. Habrá que cuidarla como corresponde.