25 de noviembre de 2025

Nacionales 25/11/2025

El Gobierno quiere hablar de reforma laboral con la CGT

La Rosada habilitó un encuentro con Santilli, pero en la central desconfían

La reforma laboral es uno de los objetivos de la segunda parte del gobierno libertario. No es el más fácil para el gobierno que destinó al ministro del Interior, Diego Santilli, la tarea de negociar con la CGT. En ese sentido, trascendió que en pocos días más la invitación será concreta. La nueva conducción sindical ya dio señales de estar abierta a sentarse a discutir el texto normativo, pero para eso piden conocer el articulado. La CGT supo frenar el capítulo laboral del DNU 70/2023 y cree que puede recurrir a la justicia nuevamente antes de tener que hacer uso de las medidas de acción directa. El gobierno, en tanto, continúa con las ínfulas del ganador de las últimas elecciones y siente que a partir de diciembre podrá, incluso con alguna resistencia, sancionar la norma que destruye los derechos de los trabajadores.

Sobre los alcances del proyecto hay más trascendidos que certezas. Pero con solo hacer un vistazo del devenir del gobierno de Javier Milei, es imposible creer que algo bueno pueda salir de allí. Los nuevos triunviros cegetistas, Cristian Jerónimo, Octavio Argüello y Jorge Sola, aspiran a poder tener un espacio de diálogo que les permita por lo menos frenar lo que consideran los peores artículos que incluiría el proyecto.

"Si no nos llaman, chocarán con la pared de siempre", advirtió Sola en una de sus últimas declaraciones e incluso consideró que la modificación de las relaciones laborales "no necesariamente genera trabajo genuino", y remarcó que la prioridad debe ser una reforma impositiva que permita "que la inversión sea productiva y no financiera".

Jerónimo, el otro triunviro, buscó ser un poco más duro en sus declaraciones y apuntó a los argumentos falaces del gobierno, como la supuesta antigüedad de los convenios colectivos, que en realidad se actualizan mucho más de lo que un afiliado piensa.

El dirigente del vidrio dijo en una entrevista que el "problema sindical" es un tema al que recurre la política cuando un programa económica hace agua. "Cuando no le funcionan los procesos políticos enseguida le echamos la culpa a los trabajadores", dijo en una charla con Perfil. "El problema que nosotros vemos es que lo que plantea el gobierno o la expectativa que genera de crecimiento no la estamos viendo en el impacto real de nuestra economía. Todos los días se cierra una empresa y se despiden más trabajadores".

Argüello, integrante del triunvirato y miembro del gremio de camioneros, advirtió que "sacándole derechos a los trabajadores no se soluciona el desempleo" y la emprendió contra la falacia de la antigüedad de los convenios. De todas formas reconoció que es posible hablar con el gobierno: "No es un pecado dialogar, el pecado es entregar derechos", afirmó.

Lo que rechaza la CGT

Este fin de semana extralargo, trascendió que el gobierno a través de Santilli quiere hablar con la conducción cegetista. También se dijo del lado del gobierno se sumarían los primos Menem. Si se quiere, los ganadores de la interna violeta. Todos consideran que la quietud de la CGT en este año, hace prever que las posibilidades de alcanzar un acuerdo son altas. Habrá que ver.

Por ahora en el edificio de la calle Azopardo, lo que nadie quiere es una reglamentación del derecho a huelga -sobre todo en los denominados servicios esenciales. Ya hubo uin intento por parte del gobierno que pretender declarar a todos los trabajos como esenciales y así debilitar las huelgas en los gremios, pero sobre todo los paros nacionales.

La central obrera también le dirá que no a que se limite la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo y, sobre todo, que los convenios por empresas se impongan por sobre los convenios de la actividad en general. El argumento gremial es absolutamente verdadero. El convenio general garantiza un piso de las condiciones laborales, incluso en lo salarial. El problema que plantea la propuesta del gobierno es que con la preeminencia del convenio por empresa, donde puede haber comisiones internas más o menos firmes en sus convicciones, dejaría a los trabajadores en lo más parecido a una intemperie de derechos.

De todas formas es conveniente saber que los convenios por empresa existen y tienen su razón de ser en la particularidad que pueda tener la empresa en cuestión.

No menos importante es el rechazo a las cuotas sindicales solidarias, que el gobierno usa mediáticamente con falacias para golpear a los gremios. Las cuotas solidarias no son imposiciones de los gremios sino frutos de las negociaciones con la parte patronal. Por lo tanto el porcentaje que hoy se destina a ese ítem es acordado entre las partes. El gobierno también pretende regular las asambleas porque, dicen, en algunas oportunidades terminan siendo paros disimulados.

De todas, la ausencia de un texto que, según se dice en la Casa Rosada, estará listo para después del 10 de diciembre, hace que crezcan los cruces de declaraciones de una orilla a la otra.

En los pasillos de la Rosada saben que estos temas serán los más complicados en cuanto se abra una negociación. Entre los libertarios hay algunos dispuestos a revisar estos puntos. Otros, más firmes, creen que el triunfo electoral y una mayor representación parlamentaria hace innecesario siquiera pensar en entibiar el proyecto de reforma laboral.

En la CGT tampoco hay una sola posición. Hay sectores que, a diferencia de la conducción, sostiene que no hay espacio real de negociación. Afirman que el gobierno ha dado demasiadas muestras de desaprensión y abandono de sectores de la población y que traduce en el desfinanciamiento de la educación, la salud pública e incluso el maltrato a los jubilados y discapacitados.

Fuente: Página12

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