"¿Te preguntaste alguna vez cómo sufren aquellos que sienten como propio el dolor ajeno?...(Vos sufrís por vos y por lo tuyo nomas, con tu pequeño y mezquino corazón). Ellos sufren por miles, por cada niño sin comida, por cada anciano, por cada laburante que vuelve cansado a su casa y no puede darle una vida digna a sus hijos.

¿Quiénes son tus héroes?. ¿No podés nombrar ninguno, no?. ¡Qué triste no tener referentes!. ¡Claro!...Me vas a salir que todos son iguales y sabes bien que no. No todos luchan por lo mismo; algunos lucharon incluso por los derechos que hoy vos disfrutás, por los beneficios que hoy vos tenés.

¿Sabés cuántas especies de seres vivos hay en la tierra? dos millones. Sí más de dos millones y hasta ahora sabemos que vos y yo pertenecemos a la única especie capaz de pensar por su cuenta; entonces, ¿por qué te limitas a esa manía de repetir lo que escuchás por ahí, de dispersar discursos de odio? Porque ahora tenés información de todo tipo, no lo podés negar, podés chequear cualquier dato, pero no, vos seguís con tu obsesión de repetir discursos de odio como un veneno interno que tenés...

Te doy un consejo, aunque vos nunca los tenés en cuenta. Te ofrezco un remedio para ese mal que te carcome. Es simple; es aprovechar ese preciado don que te dio la naturaleza y ya que pertenecés a ese privilegiado grupo de seres con conciencia, por lo menos liberarte y pensar por tu cuenta.

Es un veneno jodido el odio; te pone los ojos rojos, te sube la presión, te hierve la sangre. También se contagia a tus hijos, a tus familiares, a tus amigos, al país.

Hoy es distinto, el mercado lo compró todo, ideales, sueños, convicciones, voluntades; compró el pasado, vendió el presente e hipotecó el futuro. Sí. Porque a los poderosos no les conviene que nos vaya bien. A vos si te conviene, aunque no quieras ver que estás cortando la rama y estás sentado sobre ella. ¡Date cuenta de una vez!

Yo te conozco a vos y a los tuyos y sé muy bien quién siempre peleó por mí. 

Siempre del lado del pueblo, Mordisquito.

A mí, a mí no me la vas a contar vos"

(Extracto de un monólogo Dicepoliano)