6 de mayo de 2025

Nacionales 05/05/2025

Descubren en San Juan tres nuevas especies de aves prehistóricas

Dos de ellas recibieron nombres en homenaje a Hebe de Bonafini y Haroldo Conti

El viento seco del Valle de Calingasta no parece guardar secretos. Pero bajo la superficie grisácea y pedregosa el tiempo dejó archivada una escena de hace millones de años. En aquel entonces, San Juan no era el desierto rocoso que es hoy, sino una llanura baja salpicada de lagunas que se formaban y evaporaban con los ritmos del clima. En sus orillas se reunían aves acuáticas de distintas formas y tamaños, animales que ya no existen y otros que aún sobreviven, como las garzas y los flamencos.

Fue en ese escenario donde un grupo de investigación descubrió tres especies de aves completamente nuevas para la ciencia. El hallazgo permite reconstruir una parte olvidada del ecosistema de la prehistoria argentina. Además, reaviva preguntas sobre el impacto de los cambios climáticos en la biodiversidad.

El trabajo fue llevado adelante por especialistas del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", la Fundación Félix de Azara y la Universidad Nacional de San Juan, todos ellos investigadores del Conicet. Además, cuenta con los paleontólogos Gerardo Álvarez Herrera y Sebastián Rozadilla como coautores. Las campañas paleontológicas fueron encabezadas por el sanjuanino Víctor Contreras en la localidad de Puchuzum, en pleno Valle de Calingasta. Allí se recolectaron fósiles de aves que vivieron hace unos siete millones de años, a fines del período Mioceno.

"El hallazgo es doblemente valioso. Por un lado, porque casi no tenemos registro de aves de esa época en la región. Y por otro, porque estos restos nos permiten conocer cómo era un ecosistema hoy desaparecido", explica el paleontólogo Federico Agnolin, uno de los autores del trabajo, publicado recientemente en la revista HistoricalBiology.

Los fósiles pertenecen a aves que habitaron un antiguo sistema de lagunas estacionales, donde la vida florecía entre períodos de agua y sequía. En ese entorno convivían patos, gallaretas, garzas, flamencos, macáes y avocetas, También había una fauna de mamíferos que incluía gliptodontes, grandes herbívoros y carnívoros ya extintos.

Nombres que honran la memoria y la cultura

Entre los materiales recuperados, el equipo identificó tres especies nuevas que nunca antes habían sido descriptas. La primera, bautizada Hunucornishuayanen, era un pequeño macá buceador, similar en apariencia a un pato, pero con hábitos subacuáticos. Su nombre proviene de Hunuc, una deidad protectora de los animales en la cosmogonía Huarpe, y representa el registro más antiguo del grupo en todo el continente americano.

La segunda especie nueva es un pato emparentado con los cauquenes actuales. Los investigadores lo nombraron Zqueheanashebe, en homenaje a Hebe de Bonafini, figura emblemática de la lucha por los derechos humanos en Argentina. Esta ave habitaba las aguas poco profundas de las lagunas, probablemente en pequeños grupos familiares.

La tercera especie identificada es Palaelodusharoldocontii, una pariente extinta de los flamencos actuales, pero con diferencias llamativas. Su pico era puntiagudo y no filtraba agua como los flamencos modernos, lo que indica que su dieta se basaba en insectos acuáticos, pequeños moluscos y otros invertebrados. Su nombre es un tributo al escritor Haroldo Conti, desaparecido durante la última dictadura cívico-militar.

Un espejo del pasado que habla del presente

Una de las claves del hallazgo es que esta comunidad de aves no era exótica ni extraña en apariencia. "Tenía un aspecto muy moderno, muy similar al que vemos hoy en lagunas de zonas áridas del oeste argentino. Es como si hubiéramos viajado al pasado y encontrado una escena conocida, pero con protagonistas distintos", señala Agnolin.

Pero esa fauna no sobrevivió. Con el avance del tiempo, el clima de la región se volvió cada vez más seco. Las lagunas comenzaron a desaparecer y el ambiente entró en una etapa conocida como la Edad de las Planicies Australes, que antecede a las grandes glaciaciones. El nuevo escenario, dominado por pastizales duros y escasez de agua, fue letal para muchas de las aves acuáticas.

Este tipo de descubrimientos completa piezas faltantes del pasado biológico argentino y permite entender cómo los cambios ambientales afectan a la biodiversidad. "Lo más interesante de esta fauna es que aparece justo antes de un gran cambio climático. Eso nos da pistas sobre cómo pueden responder las comunidades animales frente a escenarios de aridez creciente, como los que enfrentamos hoy", advierte el paleontólogo.

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