Deportes 01/12/2025
El equipo derrotó a Argentinos y está entre los cuatro mejorers
El fútbol argentino transita un período de sospechas permanentes, que radican en la organización, los arbitrajes, las decisiones dirigenciales y los favoritismos para ciertos clubes.
El manto que cubre esa combinación es demasiado grande, y el torneo Clausura se define en medio de incredulidad e incertidumbre. La Liga 2025 que obtuvo Rosario Central, por sumar la mayor cantidad de puntos este año, fue el impulso para que el rechazo a la transparencia sea absoluto.
El presente futbolístico de Boca no deja duda en ese aspecto, debido a que el plantel viene acumulando triunfos desde una identidad de juego que, si bien no es deslumbrante, los consigue demostrando superioridad ante sus adversarios. Boca no necesitó de ningún ingrediente extra para instalarse en las semifinales del campeonato.
El objetivo lo alcanzó venciendo a Argentinos Juniors en los cuartos de final. Lo que ocurrió en la cancha fue curioso. El conjunto local decidió jugar sin la tenencia de la pelota, y se la entregó a su rival para que la pueda controlar. Los de La Paternal poseen futbolistas capacitados técnicamente para ello: Lescano, Fattori, Oroz y López Muñoz.
El desarrollo se trasladó hacia el área de Marchesín, que en varias ocasiones se tuvo que exigir para evitar el gol. La intención de Boca fue esperar en su campo, y salir con pelotazos largos de Paredes o Palacios para los delanteros. La idea no siempre la logró, y el que tuvo el dominio durante todo el primer tiempo fue Argentinos.
La ventaja, sin embargo, era para el local, que se puso en ventaja a los cinco minutos por un gol de Costa, quien aprovechó un rebote que dio el arquero luego de un remate de Merentiel. La acción se inició con un tiro de esquina ejecutado por Paredes. Boca tuvo dos opciones más para aumentar la diferencia: un derechazo de Palacios que la pelota dio en el travesaño, y otra de Giménez que no pudo ante Siri.
La tesitura no se modificó en la segunda mitad, y Argentinos siguió teniendo la iniciativa. El manejo criterioso de la pelota por parte de los jugadores del equpo de Nicolás Diez, provocaba que el local tuviera que retrasarse en el terreno. La postura de Boca era muy pasiva, y el público comenzó a impacientarse por el nivel. El aliento desde afuera no hacía reaccionar al equipo, que se refugiaba cada vez más en su propia área.
Argentinos no terminaba de concretar las insinuaciones, pero era el equipo que se posicionaba más cerca del arco contrario. Los ingresos de Belmonte y Cavani le imprimieron más movilidad a Boca, y eso le permitió adelantarse unos metros para quedar más lejos de Marchesín.
Los minutos fueron pasando sin muchos atractivos, ya que lo ofrecido desde el campo era deslucido. Lescano fue el que rompió la monotonía con un zurdazo que fue desviado por Marchesín.
Molina casi llega al empate por la vía aérea pero la pelota se fue al lado del palo. Boca esperó el final con desesperación, y con un juego que, a diferencia de otras presentaciones, careció de argumentos sólidos. La sexta victoria consecutiva se logró, sin ninguna polémica exterior. La desconfianza, en este caso, pasó solamente por el juego.
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