Locales 08/06/2025
Solemnidad de Pentecostés
Oh Divino Espíritu, ¡cuán poco consideramos tu incesante actuación en nuestras almas! Tú eres en realidad la vida que Cristo quiso dar a sus ovejas en gran abundancia. Tú, el fuego que Él vino a traer a la tierra, deseando vivamente que ardiese.
Ven, pues, oh Espíritu Santo a nuestras almas, fuente viva de gracia, fuego de amor, amor personificado, unción espiritual, suave regalo, santísima luz, padre de los pobres, dador de todo don: hacenos tener gusto y sabor, hambre y sed de lo justo y bueno, danos, en los contratiempos, descanso en el trabajo, templanza en lo ardiente, consuelo en el llanto, llena nuestro pecho con un casto amor, y, ya que en el hombre sin tu ayuda no hay nada que no le dañe: ven, y lava lo manchado, riega lo que es seco, sana lo enfermo, doblega lo que es duro, gobierna el camino, enciende lo helado, concédeme tus siete dones, aumento en virtudes, feliz descanso y eterno gozo. Amén.
Colaboración: Teresita Turrión
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