Estás sentado en la terminal de un aeropuerto abarrotado o en una cafetería bulliciosa, y la señal de tu móvil se reduce a una sola barra, inútil. Naturalmente, busca una red abierta. En ese momento, parece un salvavidas, pero conectarse a estos puntos de acceso gratuitos es a menudo como mantener una conversación en voz alta en una habitación silenciosa: cualquiera que tenga las herramientas adecuadas puede escucharla. Los riesgos no son solo teóricos, sino vulnerabilidades prácticas y cotidianas que pueden dejar su información personal expuesta a completos desconocidos.

El concepto de túnel digital

El problema fundamental de la mayoría de las redes públicas es que son abiertas. Esto significa que los datos que viajan entre tu ordenador portátil y el router a menudo no están cifrados, por lo que pueden ser leídos por cualquier persona que se encuentre cerca y decida ejecutar un sniffer de paquetes. Para combatir esto, es necesario codificar esa información antes de que salga de su dispositivo. Las herramientas de seguridad como ExpressVPN están diseñadas para establecer un túnel seguro y cifrado para su tráfico. Esto garantiza que, incluso si un malhechor logra interceptar su flujo de datos, lo único que verá será un código confuso en lugar de los datos de su tarjeta de crédito o sus credenciales de inicio de sesión.

Sin embargo, el software no es la única solución. También debe cambiar el comportamiento de su hardware.

Evite que su dispositivo se comunique

Los teléfonos inteligentes y los ordenadores portátiles están diseñados para ser útiles, lo que los hace intrínsecamente dependientes. Emiten constantemente señales en busca de redes que reconocen. Si tiene habilitada la función «Conexión automática», su teléfono podría conectarse automáticamente a una red llamada «Wi-Fi gratuito» simplemente porque utilizó una red con ese nombre hace tres años en otra ciudad. Los hackers lo saben. Crean puntos de acceso falsos con nombres comunes y esperan a que los dispositivos se conecten automáticamente.

Entra en tus ajustes y elimina sin piedad tu lista de redes guardadas. Indica a tu teléfono que solicite permiso antes de conectarse a cualquier red. Esto añade unos segundos al proceso de conexión, pero evita que tu dispositivo confíe ciegamente en un punto de acceso malicioso.

El candado es una referencia

Probablemente haya oído que debe buscar el pequeño icono del candado en la barra de direcciones de su navegador, que indica una conexión HTTPS. Esto sigue siendo cierto. Ese protocolo cifra la comunicación entre su navegador y el sitio web, lo que impide que un intermediario vea exactamente qué páginas está leyendo en ese sitio.

Pero no dejes que el candado te dé una falsa sensación de seguridad. Solo protege el tránsito de datos a ese dominio específico. No prueba que el sitio en sí sea legítimo. Los sitios de phishing también utilizan HTTPS. Si estás conectado a una red Wi-Fi pública, evita acceder a cuentas confidenciales, como portales bancarios o de salud, independientemente de si aparece el candado. Algunas tareas pueden esperar hasta que estés conectado a una red doméstica segura.

Dos pasos son mejores que uno

Supongamos, por un momento, que tus defensas fallan. Quizás hiciste clic en el enlace equivocado o la red se vio comprometida. Aquí es donde la autenticación multifactorial (MFA) actúa como tu red de seguridad. Si un hacker obtiene tu contraseña de una red pública, la MFA garantiza que la contraseña por sí sola sea inútil. Aún necesitarían tu huella dactilar, tu identificación facial o un código rotativo de una aplicación en tu teléfono para entrar.

Hábitos más inteligentes con los dispositivos

La seguridad no consiste en ser paranoico, sino en ser prudente. La Wi-Fi pública es una herramienta muy práctica, pero esa comodidad no debe ponerse en peligro su identidad digital. Al combinar el cifrado con hábitos más inteligentes en el uso de dispositivos, podrá navegar sin mirar por encima del hombro.