10 de noviembre de 2025

Provinciales 10/11/2025

"Querida, me voy a caminar, vuelvo en un rato": salió de su casa y lleva un año desaparecido

Su hijo, dueño de un restaurante en 25 de Mayo, sigue la búsqueda

El 10 de noviembre de 2024, César Calluqueo (75) salió a hacer su caminata habitual de cada tarde, pero nunca más volvió, en General Acha, La Pampa.

La familia organiza búsquedas "caseras" de "Patito", que sufría de demencia senil, ante la casi nula ayuda del Estado.

"No me resigno a que mi viejo se lo haya tragado la tierra en un pueblo que no pasa nada", dice su hijo.

Misterio absoluto. Ningún rastro. Nada de nada se sabe de César Mariano Calluqueo, de 75 años, que en noviembre de 2024 salió a la hora de la siesta a su caminata diaria y nunca más apareció. "Ofe, querida, me voy a caminar, vuelvo en un rato. Son las cuatro. Patito". Así le dejaba anotado a su esposa, Ofelia, que se había ido a recostar.

Neuquino y de origen mapuche, pero residente en La Pampa desde mediados de los '90, Calluqueo es jubilado, vive con su mujer y tiene cuatro hijos.

En General Acha casi todos conocen a Patito, como llaman a Calluqueo por su afición por el agua y su gusto por la natación. "Es difícil pensar en terceras personas, que alguien le haya hecho algo... Si fuera así, hubiera aparecido y nada, che. Acha es un pueblo tranquilo y sencillo, de buena gente, No me resigno a que mi viejo se lo haya tragado la tierra en un pueblo que no pasa nada".

Sí remarca César que su padre, desde hacía un tiempo, sufría de demencia senil en sus primeros estadios, pero "estaba medicado y atendido como correspondía, y llevaba una vida independiente", cuenta el hijo de 43 años, que se puso al hombro la búsqueda "ante la soledad más absoluta", remarca.

Dueño de un restaurante en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, César cuestiona la desidia del Estado y la Justicia.

"Me abandonaron, la búsqueda fue tan insuficiente como ineficiente y hasta tuvieron que cambiar al fiscal por inoperancia. Se llamaba Juan Bautista Benítez y la que tomó el caso desde cero, es Paula Duscher", dice el hijo que cada semana se va en auto de Buenos Aires a La Pampa y encara la búsqueda de su padre casi en solitario, "con algún familiar y cuando pueden se suma algún policía amigo, o bombero".

"¿Se lo pudo tragar la tierra?", se pregunta con perplejidad el entorno de Calluqueo. Después del almuerzo de aquel domingo 10 de noviembre, "mi mamá se fue a dormir una siesta y mi papá salió a caminar como solía hacerlo. Dejó sobre la mesa un mensaje escrito de puño y letra para despreocupar. Es decir que estuvo atento hasta el más mínimo detalle, por si mi mamá se levantaba antes de su siesta".

El último registro que se tiene del hombre son imágenes de algunas cámaras en distintos puntos de General Acha: allí se observa que "está por fuera del recorrido que hacía diariamente. Se despistó, algo hizo que tomara otro camino".

Sólo dos personas declararon haberlo visto caminando por un camino rural conocido como Ruta 9, después no hay más indicios.

Recompensa. El gobierno pampeano sigue manteniendo la oferta ante cualquier dato esclarecedor sobre el paradero de Calluqueo.Recompensa. El gobierno pampeano sigue manteniendo la oferta ante cualquier dato esclarecedor sobre el paradero de Calluqueo.

El Gobierno de La Pampa, a través de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Desarrollo Social y DDHH, ofrece $ 4.000.000 como recompensa a quien aporte datos veraces y determinantes para lograr la localización del vecino de General Acha, quien al momento de su desaparición tenía 74 años.

Con perseverancia, aunque a veces con una fuerza que se desvanece, César dice estar viviendo una pesadilla desde hace doce meses. "Mi vida cambió para siempre... Con esto de mi viejo, terminé de entender que la vida no es justa, que no siempre obtenemos lo que nos merecemos (ni lo bueno ni lo malo) y que en un abrir y cerrar de ojos podemos encontramos en lugares y en situaciones totalmente desconocidas y dolorosas, capaces de dejarnos impotentes y desamparados frente al mundo".

Hace memoria César y cuenta que su familia, aquel domingo 10 de noviembre empezó a buscarlo a partir de las siete de la tarde y luego radicó la denuncia en la comisaría que por entonces estaba a cargo de David Rinaldi. Enterado ese mismo día, César dejó su puesto de su restaurante de 25 de Mayo y manejó hasta General Acha.

"Ahí es cuando arrancó esta odisea, un camino de búsqueda tan solitario como confuso y desacertado, sin un protocolo real de búsqueda, sin despliegue de herramientas, sin personal capacitado y con ausencia total del Estado. Ese mismo Estado que debería protegernos, es quien nos discrimina y selecciona a quien ampara y a quien no, actuando con ausencia selectiva", mastica bronca.

Es mucha la bronca, el desconcierto y la impotencia acumuladas en estos doce meses de preguntas sin respuestas. "No sólo estábamos desesperados frente a la desaparición de mi papá, sino que tuvimos que enfrentarnos a una guerra de egos entre las instituciones que deberían haber trabajado conjuntamente y haber puesto en marcha desde el minuto cero, el protocolo de búsqueda de personas (Policía y Bomberos). Me topé con respuestas burocráticas y deshumanizadas cuando lo urgente era la vida de mi papá", hace catarsis César.

Cuando habla de desidia y burocracia, César se explaya no sin pasajes de dolor y llanto. "No existió un operativo organizado a conciencia. Solicité más perros de rastreo, ya que sólo llevaron dos, y no lo creyeron necesario. Pedí comenzar la búsqueda más temprano cada día, pero no lo creyeron necesario. Consulté por más personal y más herramientas de búsqueda... tampoco lo creyeron necesario".

"Mientras tanto, mi papá podía estar en el monte, perdido, sin agua ni comida, con los minutos contados. Estoy convencido que cada decisión que no tomaron, cada hora que dejaron pasar, pudo haber sido la diferencia entre la vida y la muerte", se lamenta.

En la volteada, para la familia damnificada, también cae el ahora ex fiscal a cargo de la causa, Juan Bautista Méndez, "quien no supo nunca qué hacer, contradiciéndose constantemente con la Policía y mostrando una vergonzosa falta de profesionalismo. Nunca autorizó una búsqueda real, nunca dispuso de los efectivos necesarios, nunca hizo uso del poder que la ley le otorga para estos casos. Nos dejó absolutamente solos a mí y a mi familia. Con su inacción vulneró por completo nuestros derechos".

Sin recursos ni fuerzas para pelear por una búsqueda profesional, César y su familia decidieron optimizar energías e invertirlas en su propio recorrido.

"Con el corazón en la mano, comenzamos una búsqueda casera. Fuimos sus hijos quienes nos organizamos junto a algunos vecinos y dos policías, sin herramientas, sin la vestimenta adecuada, sin la experiencia pero con la absoluta convicción de que si no hacíamos nosotros, nadie lo haría. Mientras las autoridades se excusaban, fue la gente común la que salió al monte, la que caminó, la que gritó mil veces su nombre y la que nunca se rindió", sostiene.

"Aún no me rindo en esta búsqueda, porque mi papá no puede ser un desaparecido más, porque esté donde esté, merece un lugar donde descansar y nosotros, su familia, tenemos derecho a la verdad, a una despedida digna y a nuestra paz emocional". ¿Hipótesis, alguna nueva búsqueda? "Nos queda un lugar, que son unos piletones cloacales en las afueras de Acha y que podría ser una de las últimas posibilidades. Es un lugar medio inaccesible y necesitaríamos de profesionales de búsqueda".

Los Calluqueo extrañan al viejo "Patito", añoran su bondad y alegría. "Fue... es un padre bueno, presente y generoso, por eso se merece lo mejor de nosotros. Un padre que siempre hizo el esfuerzo para que no nos faltara nada, gracias a sus conocimientos de electricidad, gas, pintura y plomería. Entendía de todo y siempre tenía trabajo. Un tipo siempre de buen ánimo, sonriente, cálido, a quien nunca lo conocí con mala cara, enojado o pelearse con nadie".

Javier Firpo

Clarín

EMJ

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