Es la palabra indicada para comenzar esta publicación.

Ya han pasado casi 7 días desde el llamado que temprano por la mañana me efectuó la Directora de la Escuela Técnica pidiéndome que me acercara al Establecimiento educativo. Al llegar, no sólo vi la tristeza de los allí presentes, sino además un vandalismo (fue la primera impresión) como nunca había visto, ni escuchado hacia una Institución Educativa en Saladillo.

Me dirigí hacia mí lugar de trabajo, un kiosco -buffet, kiosco que por medio de una licitación ganamos.

Fue una imagen horrible, no sólo porque en ese instante sentí que todo nuestros esfuerzos estaban perdidos, sino también el esfuerzo de una comunidad educativa entera, destruida.

Por la tarde de ese sábado 1 de julio, comenzaron con la limpieza de toda la Escuela y, en mi caso, de lo que corresponde a mí lugar de trabajo. Comento esto porque siento la necesidad de agradecer a alumnos, padres, docentes, auxiliares, directivos y miembros de la Cooperadora que me dieron una mano imprescindible para sacar todo lo destruido y tratar de recuperar algo de lo que quedaba. Fueron tantas las ayudas, que esta publicación es una de las formas que tengo para agradecer.

El domingo concurrí a la comisaría local, para hacer la denuncia correspondiente, quedando asentada en ella no sólo los daños producidos, sino también el robo de mercadería y dinero.

Pasados estos días, vuelvo a agradecer a aquellos que, directa o indirectamente, nos están bancando; proveedores que comprendieron la situación, además de los miembros de la Cooperadora que están haciendo lo imposible para lograr darnos una mano.

Ahora bien, es aquí donde todo lleva a preguntarme ¿quién se hace cargo? Porque escuchamos frases de consuelo como "ya van a salir adelante" "van a venir cosas buenas" o "lo económico se recupera". Son muy lindas e, incluso, en parte son ciertas, pero ¿Sólo me quedo con frases o reclamo por aquello que nos destruyeron?

El daño fue tal, que perjudicó a 2 familias. En ese lugar estaban puestos ahorros, sacrificio, y horas de trabajo tantos míos cómo de mí hermana Lucia.

Es un negocio de 2 familias que apostaron fuerte para que todos encontrarán dentro de la Escuela lo que necesitaban.

Claramente, nadie está exento de un robo, es lamentable pero es así, ahora el caso podría quedar en la nada cuando los que delinquen no se sabe quiénes son... En este caso SE SABE TODO. Nombres, adultos responsables, hay videos y fotos irrefutables ¿Nadie se hace cargo de nada?.

No quiero profundizar en la vida de nadie, no conozco a los responsables, no conozco sus vidas, no conozco si su historia fue fácil o complicada, lo único que sí conozco son nuestras horas, nuestros sueños, nuestros ahorros allí perdidos y la incertidumbre de todavía no saber si podemos volver a empezar. 

¿Quién se hace cargo?

Fernando Rivas