26 de julio de 2024

Locales 30/05/2022

Señora, ¿Usted miró para arriba?

Opinión

Señora, ¿Usted miró para arriba? Seguramente pensó que podría ver el colorido de las hojas del otoño o el cielo diáfano de un azul profundo y, ¿con qué se encontró? Una maraña de cables negros que llevan internet, teléfono o video por cable, un cable grueso con alimentación eléctrica, 5 metros más arriba, una línea de alta tensión, y un poco más hacia el centro de la calle unas columnas verdes que también portan otro cableado.

Señor, ¿Usted se pudo comprar con mucho esfuerzo un terreno a 30 cuadras del centro?, y claro, espera que en algún momento el Municipio le ofrezca algún tipo de servicio, agua, cloacas, recolección de residuos, etc..

Se judicializa la apertura de una calle; un bloque de ediles pide se asfalte una calle, y que se pongan carteles con nombres a otras.

Estas situaciones se han dado en nuestra localidad en los últimos tiempos y da la impresión de que falta Planificación Urbana. La interferencia visual (para algunos, carentes de importancia); la organización de los servicios públicos, que imponen gastos importantísimos al Gobierno Local, y los pedidos de colocación de carteles o asfalto de una cuadra, son cuestiones que debieran estar resueltas en una localidad de la que todas formamos parte.

El Honorable Concejo Deliberante, atiende en sus comisiones Obras Públicas y Vialidad, Salud Pública Ecología y Medio ambiente, Desarrollo Social y Derechos Humanos, Presupuesto y Hacienda y otras. Nada de Planificación a Futuro.

La Planificación Urbana, es decir el Saladillo que queremos para el 2050, se debiera construir con la participación de todas las comisiones referidas, más la intervención de las organizaciones sociales como el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros, el colegio de Técnicos, la Cámara de Industria y Comercio, las asociaciones que representan al sector agrícola ganadero ante la existencia de una expansión urbana ocupando la zona rural. Y otras organizaciones que representan a nuestra comunidad.

El especialista en Gobiernos Locales, Francisco Alburquerque, sostiene que la Democracia en Latinoamérica es "representativa pero no participativa". Y eso está ocurriendo, en mi opinión, en nuestra ciudad.

Todas las acciones que en este campo se realizan desde el Poder Ejecutivo, tienen dos o tres posibles repercusiones, a saber: es aplaudido por parte de su electorado, criticado por parte de algunos que tienen razón o quieren hacerse notar, o bien, la acción es bien acogida por todos, con riego de que sea a la inversa.

Es demasiada responsabilidad para el Ejecutivo pensar y hacer la ciudad para los próximos años, exponiéndose a la carga de una planificación seria que nos contenga a todos.

Me pregunto, con desconocimiento al respecto, si no sería conveniente que en el seno de HCD se atienda esta problemática, abriendo la participación a la comunidad.

Me parece pertinente, que se sistematice la participación ciudadana y que esto no esté restringido solo a oportunidades de campañas políticas previas a las elecciones.

Sería también oportuno que los partidos políticos, a través de sus afiliados, corpus fundamental de la vida democrática, también participen y debatan al respecto, dando movilidad a las sedes de las diferentes agrupaciones políticas, para que ellas no sean agencias de publicidad que entran en función solo en los años electorales.

La Planificación de la Ciudad no puede dejarse solamente librada a los emprendedores inmobiliarios; hacerlo significa poner en riesgo la gobernanza de la localidad a futuro por tener que hacerse cargo de costos no deseados ni planificados.

Si no se entiende que es necesaria una democracia más participativa, entonces tampoco se quejen de la aparición de personajes que movilizan a los partidos tradicionales, por temor a perder una cuota de poder.

Las sociedades de nuestra Nación y de nuestra Provincia, no están teniendo buenas miradas sobre la dirigencia política, con sueldos y otros gastos exuberantes, los arreglos bajo la mesa entre los Partidos que provocan renuncias de parte de sus representantes y otras actitudes que los medios de comunicación masivos se encargan de divulgar y amplificar, quizás con razón. Otros, se encargan de manifestar la desidia y publicitan a nuevos políticos que hablan de la "casta", refiriéndose a aquellos que ejercen las conductas políticas tradicionales.

¿No será momento de cambiar la forma de hacer política?

Por Luis Darío Nagore

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