Con un gol de Tenaglia y otro de Santos, la T le ganó al Decano y no le pierde pisada al Millo

Ramiro Ladoux | Olé

Fue uno de esos triunfos que valen doble. De aquellos que se festejan más por la forma en la que se dio que por la victoria misma. Porque Talleres tenía la obligación de superar a Atlético Tucumán si su intención era pelearle el torneo a River hasta el final.

Pero lo que no tenía en los planes la T era que le iba a costar tanto ante el Decano, que arrastraba cinco partidos sin ganar y que llegaba a Córdoba con un DT caminando por la cuerda floja.

Vaya uno a saber si fue por nervios, por la emoción de jugar con público local por primera vez en mucho tiempo o porque el Matador se mareó al verse tan arriba de casi todos, que los de Medina no pudieron imponer las condiciones y parecerse en nada al gran equipo que venía siendo a lo largo del campeonato.

Con dominio de pelota pero sin profundidad, el local no encontró la forma de penetrar el cerrojo defensivo que bien había planteado la visita y empezaba a contagiarse de la impaciencia propia de los hinchas que veían que la punta se escapaba lentamente en el horizonte.

Hasta que se hizo la luz. Fue Tenaglia, con un cabezazo medido y preciso a la salida de un córner, el que desató la locura cordobesa en el Kempes. El ex Boca la clavó por encima de Lucchetti y abrió un partido cerrado, de esos típicos del fútbol argentino en los que abundan los errores y las chances claras de gol son tan esporádicas como las jugadas bien elaboradas en ataque.

Se ve que era cuestión de eso nomás, de abrirlo. El primer gol le devolvió a Talleres la impronta de equipo protagonista y voraz. Seis minutos después del primer grito llegó el segundo, a través de Santos, instantes después de que Esquivel dilapide un mano a mano que podría haber liquidado la historia un poco antes.

Fueron más que tres puntos para Talleres. No sólo porque estuvo lejos de brillar y sumó en un partido complicado, sino también porque logró pasar rápido la página tras la dura goleada que había sufrido ante Defensa, sosteniéndose un punto por debajo de River, rival al que enfrentará la semana que viene. Fueron más que tres puntos para el Matador, que ya no sorprende y quiere demostrar que puede ser protagonista hasta el final. Fueron más que tres puntos: Talleres revalidó que está para dar pelea.