Luciano Virgili es el único que sobrevivió al siniestro que se llevó las vidas de Franco Silvestri, Sebastián Berra, Ezequiel Jones y Malcom Viton, los chubutenses hinchas de Boca que iban a ver la final de la Libertadores contra River, aquel fatídico 10 de noviembre del 2018.

Desde aquel día, las familias de las víctimas iniciaron un largo periplo en los tribunales bonaerenses para llegar a que se haga el juicio contra el único imputado, Luciano Lucesole, quien en ese momento tenía 28 años, por los delitos de cuádruple homicidio culposo agravado y lesiones gravísimas agravadas.

De acuerdo con la causa, el joven al bordo de una Toyota Hilux embistió a la Renault Partner en la que iban los cinco hinchas de Boca, en el kilómetro 108 de la Ruta Nacional 205, a las 8.40 horas, cerca de Lobos, provincia de Buenos Aires. Los chicos habían salido de Trelew el día anterior y tenían previsto llegar a la Bombonera cerca del mediodía. El conductor de la Hilux, Lucesole, regresaba al campo luego de haber salido a la noche con amigos. El test de alcoholemia que le realizaron dio positivo, según consta en la causa. Las víctimas dieron todas negativo.

La defensa de Lucesole, recientemente, solicitó la suspensión del juicio a prueba (probation) para evitar ir a juicio y tratar de minimizar las consecuencias del siniestro que se llevó las vidas de los cuatro chubutenses y dejó el Virgili con secuelas.

"Aunque haya mil palos en la rueda, aunque sean más oscuros que claros, hay que ir demostrar que lo único que queremos es Justicia. Pedimos lo que nos corresponde", añadió. Virgili, quien atravesó una dura recuperación, asegura que va a ir todas las veces que sea necesario a Saladillo para pedir que se haga el juicio. Y está convencido de que entre todos lo van a lograr. El martes 30 de mayo se realizará la audiencia en el Juzgado de Garantías 7 de Saladillo a cargo de la doctora Patricia Altamiranda.

Desde la Mesa Chubutense de Víctimas Viales y la agrupación "Estrellas Amarillas" también acompañaron el pedido de Justicia para que la causa no quede en la nada.

Fuente: Diario Jornada