19 de abril de 2024

Editorial 06/10/2013

Voto joven sí, pero no tanto…

Palabras que se conjugan reiteradamente: “Con los chicos, no”. Cuando se habla de violencia, de abuso y, por qué no, también de política.

Hace ya unos cuantos meses, la agrupación juvenil “La Cámpora” de Saladillo fue la comidilla de los medios nacionales por un hecho que, vale aclarar, al momento de suceder, fue motivo de una dura crítica por parte de este medio. Fue cuando varios jóvenes se fotografiaron con niños de una Escuela del interior de nuestro distrito con banderas partidarias dentro del establecimiento educativo. Quienes siguieron de cerca el hecho deben recordar que esas fotografías fueron enviadas a los medios locales por la misma Agrupación. Y que unos días después se disculparon públicamente por lo acontecido. En rigor, esos fueron los hechos y los analistas, con seriedad, deberán convenir que hasta fue de una ingenuidad absoluta. Casi un año después, Jorge Lanata desplegó y arrojó por la pantalla de Canal 13, una andanada de críticas con fotos y hasta videos de ese hecho menor que ya había pasado, realmente, a la historia en nuestra ciudad. Las fotos aparecieron como ilustración de notas en todos los canales nacionales. Un despropósito que hay que remarcar.
Ahora bien, días atrás el matutino Clarín publicó una fotografía donde se observaban niños con pecheras de la Agrupación Unidos y Organizados, en tareas propias de niños, como dibujo y pintura, haciendo alusión a que se trataba de niños de algún Jardín de Infantes de la provincia de Santa Cruz. Ello fue desmentido por autoridades educativas y allí, nuevamente, el despropósito. Medios cuya línea editorial es proclive a la defensa a ultranza del Gobierno nacional alardearon sobre la desmentida y publicaron notas con títulos tales como “Fuerte desmentida a Clarín por los niños con pecheras de Unidos y Organizados”, aclarando que no eran niños de Jardines de Infantes sino que eran hijos de militantes políticos que habían autorizado el uso de esa pechera. Y se extendieron en tratar de explicar lo inexplicable. Es que no interesa si son niños de Jardín de Infantes, si son niños hijos de militantes políticos o si son marginados niños de la calle. El tema es que son niños y es absolutamente imposible que puedan explicar su pertenencia política a los 4 o 5 años de edad. La utilización de niños de corta edad con fines políticos prosigue y parece no detenerse cualquiera sea la agrupación partidaria. El intendente municipal es tantas veces adepto a fotografiarse con niños y hasta bebés con símbolos partidarios que no puede sorprender tampoco el último spot de campaña de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín donde niños de tercer grado escribiendo y recitando piden por favor, entre otras cosas, que no se vote a ladrones, con escrituras en el pizarrón de un aula que, a la vez, es un cuarto oscuro. Lamentable spot publicitario que puede verse en el video que ilustra esta nota y que, seguramente, será “levantado” en cuanto haya alguna denuncia al respecto. Porque, además, viola las leyes vigentes que reglan, por ejemplo, la emisión del voto. ¿Por qué hacerles decir a los niños lo que piensan y afirman dirigentes o militantes políticos? ¿Para qué? ¿Para qué esto? ¿Para qué las pecheras? ¿Para qué?
Son algunos detalles que pueden pasar un segundo plano por estas horas de ebullición política pero deben, deberían ser tenidos en cuenta sin distinción de banderías políticas o partidarias.
Alberto Víctor García

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