En la comunidad de la Escuela Técnica hemos amanecido con una triste noticia: falleció Antonio Cascardo; todo un protagonista de muchos años de la escuela adonde fue profesor de centenares de alumnos, y profesor de profesores.

Antonio, cocinero de innumerables campamento con alumnos; cocinero de mil busecas a beneficio de la Institución, y mil historias que lo involucraban junto a otros profes que, como él, transitaban los pasillo de taller.

Cabrón, como pocos; peleas con Directivos; pero sobre todo un don de gente que seguía en él pese al transcurso del tiempo, y un incondicional amor por la Escuela.

Para muchos de nosotros, que conocimos y conocemos la Escuela desde sus talleres, su ausencia se notará; ya no nos acompañará en los asados de jubilados, ni tampoco escucharemos los acordes de su acordeón, virtud que desempolvaba en más de una oportunidad.

Hasta siempre Antonio; gracias por tus enseñanzas; la carpintería del cielo estará contenta de tenerte allí para ayudar desinteresadamente y, si cuadra, despuntaras el vicio con un vals de tu acordeón.

Respetuoso saludos para sus hijas y quienes lo acompañaron en sus últimos años.

Luis Darío Nagore