3 de noviembre de 2025

Nacionales 03/11/2025

A treinta años del atentado de Río Tercero

Sobre cómo explotar la Salud Mental de una población

Este lunes 3 de noviembre se cumplen treinta años de la serie de explosiones que con epicentro en la Fábrica Militar de Río Tercero dejaron un saldo de siete muertos; cientos de heridos y una ciudad arrasada por los daños materiales y el dolor. Esto es: decenas de casas destruidas; esquirlas; escombros y municiones de guerra diseminadas a lo largo y ancho de la superficie citadina; más de seis mil evacuados y un lacerante daño en la salud mental de la mayor parte de la población. Un estudio del año 2015 --veinte años después del siniestro-- publicado en el Anuario de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba analiza las secuelas psicológicas de la explosión. En sus conclusiones afirma que: "El sentimiento de vulnerabilidad ante el riesgo tecnológico es una de las consecuencias provocada por la vivencia de las explosiones y está determinado no solamente por el riesgo real y objetivo de la ciudad, sino también por el hecho de haber vivido ese desastre, que develó de manera traumática el riesgo tan largamente desconocido o negado".

Las conjeturas sobre el origen de las detonaciones apuntaron desde un principio a la intención de eliminar todo rastro de la faltante de armas por el contrabando a Ecuador y Croacia. Al ser consultado por un periodista sobre un posible atentado como causa del desastre, el entonces presidente de la Nación Carlos Menem, sin que mediare investigación alguna afirmó: "Le estoy diciendo que no, descártelo totalmente, es un accidente... Se trata de un accidente y no un atentado. Ustedes tienen la obligación de difundir esta palabra".

Hasta el año 2006 la Justicia mantuvo la hipótesis del accidente abonada por Menem. Ese año, la Cámara Federal destituyó al juez a cargo de la causa hasta entonces y consideró la hipótesis del atentado. Carlos Menem fue procesado. Con varias apelaciones logró dilatar el juicio en su contra hasta que la muerte, en el año 2021, lo preservó de una condena. Hoy su imagen luce en la sala de los próceres que Karina Milei adecuó en la Casa Rosada. En 2014 el tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba concluyó que se trató de un atentado intencional. Cuatro militares recibieron condenas entre trece y diez años de prisión. Como era esperable, habida cuenta del ruinoso estado de la administración de Justica en nuestro país, los encubridores y responsables intelectuales de encender la mecha que destruyó el equilibrio material y psíquico de miles de personas no fueron condenados. Más aún, tal como más arriba apuntamos, son premiados con lugares de honor en el centro del poder político de la Nación. Sin duda, la Salud Mental de nuestro pueblo ha sido dañada.

Es curioso, para quien escribe estas líneas, Río Tercero no es cualquier lugar. Cuando tenía muy pocos años de edad con sus padres disfrutó de las vacaciones en los hoteles que Perón había construido en aquella ciudad. Aún conserva las fotos del mirador cuya vista da al lago del Embalse. Vale preguntarse cuánto de las explosiones siguen detonando en aquella querida provincia. Cuánto de aquella memoria es acallada por el tronar del trotyl, prolijamente dispuesto para destruir toda señal de las "relaciones carnales" con Estados Unidos que tanto dolor causaron en aquel suelo mediterráneo y en nuestro país todo (léase Amia y su ruta). Hoy ya ni se trata de "relaciones": el gobierno de los Estados Unidos ocupa el poder político y económico de nuestra Nación. Y si de trotyl hablamos: ¿Quién podría sorprenderse de que nuestro Presidente apoye el genocidio en Gaza? De hecho; el estudio más arriba citado agrega: "estaríamos en condiciones de afirmar que el sentimiento de vulnerabilidad [temores, angustia, tristeza, trastornos del sueño y dificultades en la concentración] en relación al riesgo tecnológico no se modificó con el paso del tiempo, lo que hace pensar que dicho riesgo es vivido como una amenaza permanente para los habitantes de la ciudad de Río Tercero". Lo que no son amenazas sino francos atentados a la estabilidad laboral son los despidos que asolan a los trabajadores de esa ciudad. Hace pocas semanas, los 108 operarios y empleados que todavía quedan en la Petroquímica Río Tercero tomaron la planta de la histórica empresa a raíz de un conflicto que ya alcanzó la escalofriante cifra de trecientos despidos y cuyo origen data de hace más de un año. La actividad continúa parada mientras el sindicato de los químicos denuncia una rebaja encubierta de los salarios que ronda el quince por ciento. La patronal quiere llevar la empresa a la quiebra, denuncian los trabajadores.

Lo cierto es que a fines del 2023 el 75 por ciento de los riotercerenses votó a Javier Milei, cuya política exterior es aún más extrema y alineada (¡suena tan parecido a "alienada"!) que la de su laureado antecesor Menem: "el mejor presidente de la historia", según sus propias palabras. Y mientras no cesa el derrumbe de la economía y crece el desempleo, en las recientes elecciones de medio término el candidato libertario ganó en Río Tercero por 16 puntos de diferencia respecto de la lista de Schiaretti.

Para terminar: no es casualidad que el gobierno de LLA procure cerrar, vender, o subastar hospitales y centros de Salud Mental (vaya como ejemplo el hospital nacional Laura Bonaparte o el Centro de Salud Mental N°1 "Dr. Hugo Rosarios"). Es que nada más efectivo para esclavizar, someter y adoctrinar (término que tanto le gusta emplear al Peluca) que acallar el dolor psíquico. Cuando lo insoportable se hace silencio las bombas no cesan de explotar en la memoria de los cuerpos: paralizan, enferman, inhiben, violentan. Ponerle palabras al trauma es el camino de toda sanación. Somos miles y miles quienes nos preguntamos hasta cuándo este pueblo soportará la miseria, la humillación, el despojo, la mentira a la que el gobierno libertario nos está sometiendo. ¿Cuánta negación es capaz de sostener un cuerpo social? Las neurosis de guerra le enseñaron a Freud que el costo de tal mecanismo psíquico (negar) es la repetición. La explosión no es solución alguna. Ganan los poderosos. ¿Qué estaremos esperando para advertir que nos están explotando?

Sergio Zabalza es psicoanalista. Doctor en Psicología por la Universidad de Buenos Aires.

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