Nacionales 25/07/2025
Sueldos, obra social, motosierra y una interna feroz
La interna de la Policía Federal está al borde de la explosión. En primer lugar, por los bajos salarios. La Policía de la Ciudad gana mensualmente un 50 por ciento más que los azules, cuando los sueldos eran parejos en diciembre de 2023. O sea, una caída brutal por obra del gobierno de Javier Milei y la motosierra libertaria. Esto produce un número de pedidos de baja que es récord histórico y que multiplica por diez los registros de años anteriores. A esto se suma la catástrofe de la obra social, con enorme cantidad de servicios que dejaron de funcionar y miles de farmacias que ya no atienden a los uniformados. En el interior, directamente la obra social casi no da servicios y los efectivos tienen que recurrir a contratar prepagas, algo que no pueden solventar sin la ayuda familiar. El hospital de referencia, el Churruca, está en ruinas y también cerraron buena parte de los servicios. Un punto que agudizó las quejas fue el suicidio del escribiente Alejandro Tejerina en un baño del lugar cuando ya le quedaban pocos días de vida y el hospital lo desatendió.
Además de todos estos dramas, hay también un trasfondo político. Buena parte de los uniformados están alineados con la vicepresidenta Victoria Villarruel y no faltan las publicaciones en las que hablan de Patricia Bullrich como "la panqueque" y hasta la "exMontonera". La imagen de Bullrich como defensora de policías, dentro de la fuerza, no existe. Ni remotamente.
600 pedidos de baja en 6 meses
La crisis en todos los aspectos se viene cocinando desde hace tiempo, pero trepa más cada día que pasa. La cuestión salarial motivó que --según cifras oficiales-- pidieran la baja en 2025 más de 400 efectivos. Pero ese dato corresponde sólo a personal de seguridad: hay que sumarle médicos, enfermeras, personal administrativo. El total no baja de 600 en seis meses. En años anteriores, el número de bajas pedidas no pasaba de 50 cada medio año. O sea, la deserción es monumental. El punto es que el ingreso de los policías federales --lo mismo que el de todos los estatales-- se deterioró en forma brutal. En cierto sentido, lo que sucede se parece a lo que ocurre con los profesionales que trabajan en todo el Estado: su poder de compra bajó en un 50 por ciento desde que asumió Milei.
La cuestión de la Obra Social está provocando un terremoto, como se refleja en la página Azules por Siempre. Hay oficiales a los que les descuentan 100.000 pesos y no tienen servicios. A los comisarios, les sacan unos 300.000, y no reciben ninguna atención, sobre todo en buena parte del interior. Es que allí casi no existe la obra social, de manera que sí o sí el efectivo necesita una prepaga. Quienes manejan esos organismos argumentan que es de difícil sostenerlas, que las cuentas son imposibles de cerrar sin aportes fuertes del Estado. La razón es que los efectivos suelen tener varios matrimonios e hijos en cada uno de ellos, mientras que el aporte es en base a un solo sueldo, que encima está fuertemente en baja. No es como en una prepaga que se paga por afiliado, por esposa, por cada hijo. El sistema de la obra social es solidario. A esto se agrega que los integrantes de la policía se retiran jóvenes, más o menos a los 50 años, con lo cual hay que brindar atención durante muchísimo tiempo. Como es obvio, el Estado tiene que aportar porque son servidores públicos, pero en los tiempos de Milei no lo hace. De manera que, por ejemplo, el hospital Churruca está en gravísima situación. Muchos ya no van a atenderse porque no hay respuesta.
El suicidio de Tejerina
El suicidio de Tejerina fue de alto impacto y multiplicó las quejas, tal como reflejó este lunes el sitio Data Clave, con nota de Ivy Cangaro. Tejerina fue un destacado suboficial de custodias que ocupó lugares de responsabilidad, tanto durante el gobierno de Carlos Menem como después con Fernando De la Rúa. En un momento de mala atención, el sábado 5 de julio, decidió quitarse la vida. No estaba de uniforme, según señala el parte policial. Además de cartas a su familia, dejó una para el director del Churruca, expresándole quejas por el mal trato.
Por eso, gran parte de los efectivos, en actividad y retirados, que supieron de la noticia le echaron la culpa a la situación actual del hospital y a la Obra Social. En 2023, cuando el ministro de Seguridad era Aníbal Fernández, se consiguieron fondos especiales --autorizados por Alberto Fernández-- y tanto el Churruca como la obra social se pusieron en equilibrio. El derrumbe actual sólo se explica por la gestión de Javier Milei y Patricia Bullrich. Por supuesto que a esto se suman las sospechas de corrupción, porque las cifras que se manejan son enormes. En el ámbito de la Federal es un secreto a voces que las licitaciones se hacen por valores inusitados.
No es un ingrediente menor la interna política. Pese a que Bullrich actúa como si fuera defensora de los policías, en las publicaciones internas éstos la tratan mal. O muy mal. Parte de los uniformados tienen simpatías por la vicepresidenta Villarruel, cuya interna con Bullrich y el ministro de Defensa, Luis Petri, se desarrolla a cielo abierto. Pero tampoco le perdonan a Bullrich su trayectoria saltimbanqui y el recuerdo de que formó parte de Montoneros, pese a que ella lo desmiente. El cóctel explosivo se completa con los bajos salarios, operativos de muchísimas horas, en malas condiciones, con el único siniestro objetivo de pegarle a un grupo pequeño de jubilados.
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