Nacionales 28/11/2025
Marilú Quiróz y el negacionismo sanitario
La diputada chaqueña del PRO Marilú Quiróz, férrea aliada del oficialismo, logró lo que especialistas, sociedades médicas y colegas de distintos bloques habían pedido evitar: un encuentro antivacunas en el Congreso. La autorización llegó de la mano de Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, pese a las advertencias sobre el riesgo sanitario y el impacto en la confianza pública. El contexto es muy delicado. La vacunación infantil en Argentina se encuentra en su mínimo histórico.
El proyecto de excluir los tratamientos psicoanalíticos de la cobertura de salud
El evento se anunció bajo la consigna: "¿Qué contienen realmente las vacunas COVID-19?". La idea de un debate serio duró poco. Apenas comenzó, el Anexo A del Congreso se volvió un lugar donde activistas antivacunas y expositores sin respaldo repitieron viejos mitos. No hubo datos ni intercambio real, solo frases que buscaban generar miedo, teorías conspirativas y anécdotas sacadas de redes sociales.
Entre las oradoras figuraba Chinda Brandolino, médica conocida por difundir teorías falsas sobre vacunas y salud pública. Su nombre entre los expositores, marcó el tono del encuentro.
El evento fue extraño. Durante una de las exposiciones, varios disertantes aseguraron que las vacunas contra el COVID causaron más enfermedades de las que evitaron, a la vez que advirtieron sobre un supuesto "control poblacional" y "material genético alterado". No hubo referencias verificables ni estudios científicos probados. Solo frases que buscaban generar miedo.
La escena más absurda llegó cuando un asistente se levantó frente al público, se quitó parte de la ropa y empezó a pegarse imanes en la piel. Afirmó que era la prueba de que las vacunas "magnetizan" el cuerpo. Hubo risas incómodas, celulares grabando y un murmullo general que cortó la exposición antes de tiempo.
Advertencias ignoradas y reacción política
Antes de la actividad, diputados de varios bloques habían pedido a Menem que la cancelara. Argumentaron que el Congreso no puede habilitar espacios que promuevan desinformación, menos en un contexto de reaparición de enfermedades prevenibles. Las cifras lo confirman. El refuerzo contra la poliomielitis cayó por debajo del 50% y la triple viral se desplomó a niveles alarmantes.
Mientras Quiróz defendía la "libertad" frente a la vacunación obligatoria, la realidad sanitaria mostró otra cara. Este año murieron siete niños por tos convulsa. Ninguno tenía esquema completo ni hubo inmunización en el embarazo. Los datos no son opiniones, son vidas perdidas por falta de cobertura.
También las principales sociedades científicas del país les pidieron a las autoridades de la Cámara de Diputados que suspendan el evento antivacunas. A través de una carta pública dirigida a Martín Menem, las organizaciones que representan a la comunidad médica advirtieron sobre el "enorme peligro" que desata esa actividad, que pretende "generar interpretaciones que no reflejan la evidencia científica".
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