Cuando ya había anochecido, cerca de las 20:15, Héctor Labernia fue a guardar su automóvil Toyota dentro del predio donde habita en una vivienda ubicada sobre la avenida Ibáñez Frocham y Caballero de Sánchez. No alcanzaba a descender del vehículo cuando recibió el primer golpe. Allí había dos extraños. 

Fue golpeado y torturado. Lo amenazaron con una pinza de grandes dimensiones pidiéndole dinero en pesos y dólares.

Recibió golpes y heridas en diversas partes de su cuerpo y resultó con un dedo fracturado.

Luego de dos horas, cuando pudo liberarse de sus ataduras, se fue tomando conocimiento de los hechos.

Su prima, Cristina Labernia, llegó al lugar y cuando comenzaba a actuar la Policía Científica y a Héctor le habían realizado las primeras curaciones pudimos dialogar en el exterior de la vivienda.

Hoy Cristina cuenta que "la Policía científica se fue a las 04:00. Héctor está muy golpeado, tiene un dedo quebrado. Los ladrones buscaban dólares. Se llevaron el auto, dos televisores, ropa, valijas, y 8 o 9.000 pesos. Revolvieron todo. Pensaba que lo mataban. Con una tijera lo amenazaron con cortarle los dedos. Lo esperaron en el galpón cuando fue a guardar el auto. Cuando él se bajaba lo sorprendieron de atrás y le dieron el primer golpe en la cabeza. Estuvieron dos horas en la casa."

Un hecho lamentable que tuvo su continuidad en Roque Pérez donde los autores del hecho, tras su fuga por la ruta nacional 205, fueron tiroteados y uno de ellos detenido.

Un hecho lamentable que, pese al horror de lo vivido, no finalizó en una tragedia irreparable.