5 de noviembre de 2025

Nacionales 05/11/2025

"La ciencia no es un lujo", la emotiva carta de una astrónoma sanjuanina a Milei para que no frene el proyecto del radiotelescopio CART

Por el alineamiento del Gobierno con EE.UU.

Luego de que el Gobierno decidiera suspender el proyecto de creación de un observatorio espacial en el Complejo Astronómico El Leoncito (CASLEO) de San Juan, denominado Radiotelescopio Argentino-Chino (CART), la astrónoma y docente universitaria Carolina del Valle Garay publicó una carta abierta dirigida al presidente Javier Milei en la que repudió este accionar al remarcar el valor de la ciencia argentina, y a modo de ejemplo, relató su propia experiencia.La profesional ahondó en los motivos por los cuales la suspensión de la obra científica, que se encuentra avanzada en un 80 por ciento, es un grave error. "Es un símbolo de lo que somos capaces de hacer cuando la ciencia y la educación pública se unen al esfuerzo personal", afirmó sobre el uso que se le daba al radiotelescopio.

El convenio, que permitía su construcción, caducó en el mes de junio y no fue renovado. Según trascendió, la decisión del Ejecutivo, encargado de renovarlo, se concretó luego que el comandante del Comando Sur de Estados Unidos, Alvin Holsey, advirtiera sobre la "incursión" de China en América Latina. Y, ante el completo alineamiento de la Casa Rosada con Washington, se habría decidido revisar -y finalmente frenar- el convenio con China, tras las versiones de que sería utilizado para espionaje militar. 

Las autoridades cercanas a Milei afirmaron que se decidió no continuar con el convenio alegando "irregularidades" en los envíos provenientes del país asiático.

El radiotelescopio es el fruto de un acuerdo de cooperación iniciado en 2011 entre la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), el Gobierno de San Juan, el Conicet y la Academia de Ciencias China, y fue pensado como una herramienta para la observación de objetos del universo que no emiten luz, capaces de revelar regiones de formación estelar y fenómenos invisibles para la astronomía óptica tradicional.

Desde entonces, y a lo largo de más de una década, distintos científicos profesionales y alumnos trabajaron para convertir ese sueño en realidad. En 2020 llegaron las primeras piezas, en 2022 se reanudaron las obras y en 2024 se completó el reflector principal.

En su carta abierta al Presidente, Del Valle Garay se encargó de desmentir los rumores de que detrás del proyecto hubiera otro fin que no sea científico. Según dijo, estas "afirmaciones infundadas" buscaban "poner en duda la continuidad de esta obra que pertenece al pueblo argentino, diciendo que es un proyecto militar para espionaje". Sobre este punto, fue categórica: "Yo estoy ahí, todos los días, trabajando con mis compañeros y puedo asegurarle que CART es un proyecto ciento por ciento científico".

En este sentido, la astrónoma sanjuanina resaltó que el proyecto "no es un símbolo político" sino la prueba de que "Argentina puede construir conocimiento de frontera" y también "cooperar con el mundo sin perder soberanía".

De Valle Garay  consideró que este programa científico excede al mundo del concimiento y cobra una dimensión social relevante: "puede inspirar a los niños de los pueblos más pequeños a estudiar y a creer que también ellos pueden llegar lejos". Tal como, según relató, ocurrió con ella, quien fue criada en el seno de una familia "con muchas carencias económicas" y que tuvo que trabajar desde pequeña, pero que se "aferró" al estudio para poder salir adelante y progresar.

Por ello, le pidió al mandatario que no cierre el proyecto y "que no se apague la esperanza de quienes creen que el conocimiento es la mejor forma de libertad".

La carta completa de la astrónoma  sanjuanina a Milei

Señor Presidente de la Nación Argentina

Lic. Javier Gerardo Milei

Mi nombre es Carolina del Valle Garay, le escribo desde San Juan, desde el corazón de una provincia que ha sabido mirar al cielo incluso en los momentos más difíciles. Soy astrónoma, científica de datos y docente. Antes de hablarle sobre el tema principal de esta carta quiero contarle un poco de mí.

Provengo de un departamento alejado de San Juan, 25 de Mayo. Fui criada por mis abuelos paternos porque mi madre biológica nos abandonó a mi hermano y a mí cuando yo tenía apenas dos años. Crecí en una familia que me dio lo que pudo, con muchas carencias económicas que nos llevaron, por ejemplo, a tener que asistir a comedores infantiles. Cuando era chica me daba vergüenza ser pobre, pero hoy lo cuento con orgullo. A pesar de todo, pude estudiar gracias al apoyo de mi familia y de las instituciones educativas a las que asistí, especialmente el Colegio Nuestra Señora de la Consolación.

Imagine usted una persona pobre que quiere ser científica, una persona que anhela el conocimiento: esa persona fui yo. Creo que me aferré al estudio porque era algo que nadie podía quitarme.

En ese sueño de ser científica decidí estudiar Astronomía, una carrera que requiere tener aptitudes para la Física y la Matemática. Ingresé y me iba muy bien hasta que mis abuelos fallecieron al finalizar el primer año. Dejé tres veces la carrera: por el nacimiento de mis 2 hijos, por la muerte de mi hermano y por el fallecimiento del papá de mis hijos. Llegar a ser astrónoma ha sido un Valle de Lágrimas y quizá, si yo hubiera contado lo que estaba viviendo, podría haber recibido algo de ayuda. Pero me daba vergüenza. Vergüenza hay que tener para robar, decía mi abuela. Por eso hoy le escribo esta carta abierta.

Le aclaro que no fui una estudiante crónica, tuve muy buen desempeño académico. Logré recibirme en el año 2019, con 36 años. Luego vino el doctorado y, como quedé afuera del CONICET, tuve que pagarlo con mi trabajo. Sepa que no me acobardan los retos, hago frente a todo. En 2022, a la par del doctorado, hice una diplomatura en Ciencia de Datos en la Universidad Nacional de Córdoba, y en 2023-2024 realicé la carrera completa de Ciencia de Datos en una academia Tech, pensando sinceramente en dejar la ciencia y buscar oportunidades en empresas extranjeras. Decidí hacer el último curso de posgrado para despedirme de la Astronomía, y fue en Radioastronomía. Jamás imaginé lo que vendría al finalizar ese curso.

Los doctores Ana María Pacheco y Ricardo Podestá, quienes son los referentes del proyecto CART, me propusieron ser parte del mismo. Desde el 1 de Noviembre del 2024 formo parte de su maravilloso equipo, durante todos estos meses he desarrollado el software que monitorea las condiciones meteorológicas diarias en la estación y también estoy trabajando junto a un equipo de ingenieros en el desarrollo del backend digital del radiotelescopio. Soy la única mujer que está escribiendo código Python en GPU en este momento, ese es mi fuerte.

CART no es solamente una antena de 40 metros de diámetro que se alza en el cielo de Barreal, es un símbolo de lo que somos capaces de hacer cuando la ciencia y la educación pública se unen al esfuerzo personal. En cada línea de código que escribo siento que estoy contribuyendo, desde un rincón de San Juan, a un proyecto que posiciona a la Argentina en la frontera del conocimiento mundial. Detrás de cada avance hay días y noches de trabajo, de pruebas, de errores, de aprendizaje. Nadie me regaló nada. Todo lo que logré fue con esfuerzo, con convicción y con amor por la ciencia. Y a pesar de las dificultades sigo creyendo en este país. Sigo creyendo que la educación pública, la universidad nacional y la ciencia argentina pueden cambiar destinos.

Por eso me duele profundamente la incertidumbre que hoy atraviesa el proyecto CART. En los últimos meses los medios han difundido versiones falsas que buscan poner en duda la continuidad de esta obra que pertenece al pueblo argentino, diciendo que es un proyecto militar para espionaje. Yo estoy ahí, todos los días, trabajando con mis compañeros y puedo asegurarle que CART es un proyecto ciento por ciento científico, gestionado por la Universidad Nacional de San Juan en cooperación con la Academia China de Ciencias (CAS), con la que mantenemos 34 años ininterrumpidos de colaboración. Gracias a esa cooperación, San Juan cuenta hoy con un conjunto único de instrumentos que han hecho del Observatorio Astronómico Félix Aguilar un referente regional en geodesia y astronomía.

Yo no le escribo para pedir un favor. Le escribo para defender un sueño colectivo, uno que nació mucho antes de mí y que no pertenece a ningún gobierno, sino al pueblo argentino. El radiotelescopio CART no es un símbolo político: es la demostración de que la Argentina puede construir conocimiento de frontera, puede cooperar con el mundo sin perder soberanía, puede inspirar a los niños de los pueblos más pequeños a estudiar y a creer que también ellos pueden llegar lejos. Le pido, con profundo respeto y con todo el amor que tengo por este país, que nos permita terminar lo que empezamos. Que no se apague la esperanza de quienes creen que el conocimiento es la mejor forma de libertad. Que no se frene una obra que ya está avanzada y que lleva el nombre de la Argentina al mundo con orgullo. Yo, que nací de la pobreza y aprendí que los sueños se construyen con esfuerzo, estoy convencida de que este país aún puede levantarse sobre sus propios pies. Que la ciencia, Señor Presidente, no es un lujo sino que es la herencia más valiosa que podemos dejarle a las próximas generaciones.

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