18 de abril de 2024

Locales 21/05/2021

Primero que coman los argentinos

Comunicado de La Campora Saladillo

Días atrás, El presidente Alberto Fernández anunció que restringirá la exportación de carne vacuna por al menos 30 días con el objetivo de poder asegurar un precio adecuado para el consumo de los argentinos y las argentinas. En respuesta, la Mesa de Enlace de Entidades Agropecuarias convocó a un cese de actividades como forma de rechazo a la medida que busca volver a garantizar el derecho a la alimentación por parte de la población.

El pueblo argentino, históricamente se caracterizó por elevados consumos per cápita de cortes de carnes rojas. Tal es así que entre los años 2003 y 2015 el consumo anual promedio fue de casi 62 kilogramos por habitante, valor que se ha reducido mucho en los últimos años, contrastando con los 43,7 kilogramos que se proyectarían de consumo por habitante para este año. Por otro lado, también nuestro país se destaca por ser un importante exportador de carne vacuna, siendo reconocido mundialmente por la calidad de nuestra producción.

Mientras que en el año 2010 se exportaron casi 25.000 toneladas en promedio por mes, en el año 2020 se triplicaron estos valores, alcanzando las casi 75.000 toneladas de carne promedio mensuales, exportaciones que fueron traccionadas sobre todo por China. Ambos hechos son importantes y es necesario combinar: por un lado, la generación de dólares a través de exportaciones de carne vacuna y, por el otro, garantizar el elevado consumo interno a precios razonables.

Así, mientras que en el año 2015 se consumieron 58,6 kilos per cápita, al final de la administración de Mauricio Macri la cifra de consumo per cápita se ubicó en 43,7 kilos. El continuo y marcado aumento de la carne bovina registrado en los últimos años, se explica por la desregulación que sufrió el sector durante la gestión de Macri. Es decir, con el objetivo de incrementar la producción y bajar los precios de la carne vacuna, se modificó radicalmente el marco regulatorio existente. Se redujeron las retenciones, se eliminaron los Registros de Operaciones de Exportación (ROE) y los cupos de exportación.

El objetivo de la medida del presidente Alberto Fernández, es establecer reglas claras en este mercado, que permitan continuar exportando a niveles elevados, mientras que se garantiza el abastecimiento a precios razonables para el consumo interno. La medida provisoria dispuesta no va en contra de la producción, ni siquiera en contra de las exportaciones. Una vez que se remuevan los obstáculos que hoy hacen prohibitivo al consumo interno, la situación del mercado se va a normalizar automáticamente.

Lo que nuestro país no puede es dejar el mercado interno indemne a la dinámica de los precios internacionales. Por supuesto que queremos que nuestro país le venda más al mundo, ganando mercados y generando más dólares para subsanar su restricción externa. Pero un mejor desempeño exportador no puede colisionar con la posibilidad de que las y los argentinos lleven un plato de comida digna a la mesa. Porque, como dijo el Presidente esta semana: "Yo quiero que todos ganen, pero que nadie pierda. Si uno gana mucho y otro pierde mucho eso no es una sociedad; es una estafa".

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