Esta noche nos dejó Foco Delía. Una persona a la que le debo mucho. 

En la vida es bueno ser agradecido y Foco me dió la oportunidad, primero de notero en Canal 5, allá por 1986, y dos años después,  de conducir el noticiero.

En esa época era una difícil tarea pero, a la vez, reconfortante ya que toda la comunidad esperaba el horario de las noticias locales.

En el año 2001 me brindó la posibilidad de seguir con el Canal local junto a parte de su familia.

Nos conocimos en el trabajo, gracias a Marta Sturla y siempre lo ví como un hombre emprendedor, empresario, trabajador y con objetivos muy claros.

Yo llegaba con muchas ganas de trabajar y progresar y algunos vaticinaron un final prematuro en mi trabajo por lo exigente que resultaba y por la forma de pensar que caracterizaba a Foco. 

Sin embargo, los dos, sin decir nada, negociamos una convivencia que hasta hoy perduró.

Mientras estuve a cargo del noticiero, muchas veces se enojó; pero jamás me dijo no le hagas una nota a tal o cuál persona.

Además, era un hombre comprometido con la sociedad saladillense. Integró comisiones,  incursionó en política y, silenciosamente, ayudó a mucha gente necesitada.

Seguramente, habrá quiénes resalten su accionar en torno al crecimiento de Saladillo; desde mi lugar, en lo personal,  aprendí mucho junto a él. En cuánto a lo periodístico, en aquel entonces ninguno sabía demasiado; pero desde lo empresarial Foco tenía una visión distinta,  emprendedora, de inversión y creadora.

Es un golpe duro el hecho de saber que ya no  estará en la esquina de Pereyra y Rivadavia con la sonrisa y la mano tendida.

Seguramente Marcos, Claudia y el resto de su familia continuarán con sus proyectos.

Adiós Foco, no podré estar en tu sepelio por estar aislado por COVID, pero, quiero que sepas que aquello que sembraste seguirá cultivándose.

Gracias por lo que fuiste para mí.

Aldo Rachit