26 de abril de 2024

Locales 12/10/2022

Discriminación y violación a los derechos humanos por parte de remiseros saladillenses

Correo - Opinión

Ayer, mi madre de 85 años, en silla de ruedas y en compañía de su AT y otra señora que la acompaña habitualmente , debía ser trasladada de un lugar a otro de la ciudad. Llamaron a una agencia de remises, pero cuando el conductor del remís que llegó vio que mi mamá estaba en sillas de ruedas se negó a prestar el servicio bajo la excusa de que la silla de ruedas (que va doblada en el baúl) iba a estropearle el tapizado. Llamaron a la otra remisería y se repitió la historia. Por cierto, de los dos autos, uno llevaba el baúl cerrado con un alambre. Los remiseros manifestaron su enojo por haber sido llamados cuando no iban a  hacer el viaje; uno de ellos incluso tuvo  el descaro de maltratar a la acompañante terapeútica de mi madre por atreverse a llamarlo para alguien que usa sillas de ruedas. El resultado fue que el personal de ambas remiserías dejaron tirada a mi mamá y a las dos señoras en una vereda, lo que constituye una grave falta a los derechos humanos, además de discriminación, ignorancia, falta de empatía, de educación y de respeto para con los discapacitados y los ancianos.

Sería bueno que el municipio de Saladillo tomara cartas en el asunto y obligara a capacitar al personal de las remiserías para que fueran conscientes de que su trabajo consiste en trasladar personas, vulnerables o no vulnerables, y que tan válido es el viaje de una persona joven, fuerte y sana que la de una discapacitada o de una anciana en sillas de ruedas, y que su deber es prestar el servicio que se contrata y tratar a todos los pasajeros con respeto y educación. 

Es lamentable la falta de sentido común y de humanidad de parte de quienes trabajan trasladando a personas: ¡no son objetos!

Si mi mamá y las dos señoras lograron ayer hacer el viaje fue gracias a la Sra. Nancy Caruso, quien llamó a un conocido suyo para que las trasladara; de lo contrario hubiese sido imposible.

El hecho que consigno es lamentable y vergonzoso para las remiserías, y muy doloroso para quienes nos toca vivirlo. Esta conducta no debiera permitirse; por el contrario, tendría que estar penalizada. 

Resta decir que mucho sorprende la falta de valores de estas personas que supuestamente están dedicadas a prestar un servicio.

La pregunta es: ¿en qué debemos trasladar nuestros familiares que usan sillas de ruedas si no se cuenta con un auto, si en Saladillo sólo se depende de la buena voluntad de los remiseros porque no se cuenta con servicio de taxis, ni de Uber?

Mariel Reinoso Ingliso

Foto ilustrativa

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