Nacionales 14/08/2025
La estrategia de la Fiscalía en el caso de los huesos hallados en la casa de Coghlan
Tras el llamado a indagatoria que el fiscal Martín López Perrando solicitó para Cristian Graf (el único imputado hasta este momento en el marco de la causa por el crimen de Diego Fernández Lima), se abre en lo sucesivo una ventana que discurrirá en al menos dos direcciones. La primera, naturalmente, es el análisis que el juez de instrucción Alejandro Litvack deberá hacer sobre el dictamen de más de 30 páginas con los argumentos presentados por el titular de la unidad que lleva adelante la investigación del homicidio contra el joven que permanecía desaparecido desde julio de 1984 para luego dar lugar o no al pedido y, en caso de concederlo, fijarle fecha a la presentación en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 61.
Todo eso podría suceder dentro de una semana, diez días, acaso quince, pero difìcilmente menos que eso, ya que en simultáneo el acusado también debe disponer de un tiempo prudente para analizar las pruebas recolectadas en su contra que avalan las imputaciones. A Graf se lo acusa de encubrimiento agravado en concurso ideal y supresión de evidencia, delitos con una carga penal menor a la del homicidio pero que, a diferencia de éste, aún no han perimido. La estrategia le permite al fiscal y a su equipo prolongar el tiempo de la investigación y, sobre todo, acortar el riesgo de que el acusado invoque la prescripción.
En simultáneo, y ante la posibilidad concreta de que la convocatoria a indagatoria se materialice, los abogados que patrocinan al imputado tendrán que pensar cuál será la estrategia de defensa una vez que se encuentren junto a su defendido en la fiscalía ubicada en el barrio de Retiro. En ese último sentido, Martín Díaz, uno de los letrados, dio algunas pistas en diversas declaraciones periodísticas, por empezar aquellas que enunció cuando varios medios se hicieron presentes en la puerta del domicilio de Cristian Graf una vez que se conoció el llamado a indagatoria. "Yo creo en la inocencia", afirmó el abogado penalista respecto de las acusaciones que pesan sobre Graf, de 58 años, sobre quien además sostuvo que "no tenía relación ni vínculo con la víctima". Cuando le indicaron que ambos habían sido compañeros del mismo curso de la ENET 36 de Villa Ortúzar, Díaz intentó desestimarlo arguyendo que "iban a la misma escuela como otros 350 chicos".
Durante el miércoles, en tanto, el abogado de Graf dio más precisiones sobre lo que se presume que podría ser la estrategia de defensa si es que finalmente el juez Litvak da lugar al pedido de indagatoria solicitado por el fiscal López Perrando. "Hallaron un cuerpo en una medianera, eso es el límite entre dos propiedades", dijo, dando a entender la posibilidad de establecer que los huesos de Fernández Lima no fueron encontrados puntualmente en el patio de su defendido. Vale recordar que Cristian Graf vive en el primer piso de ese chalet, mientras que su madre lo hace en la planta baja, donde también habitó su padre, ya fallecido. Asimismo, pretendió quitarles rigor a las declaraciones de los albañiles que descubrieron esos restos óseos mientras socavaban el suelo del terreno lindero producto de una obra edilicia: "Pueden tener su propia apreciación del hecho, pero ellos no son ni fiscales ni abogados". Por otra parte, agregó que solicitarán la declaración de personas propuestas por ellos. "No tiene el más mínimo conocimiento de como apareció ese cuerpo ni de lo que le pasó a Fernández. Él también quiere saber lo que ocurrió", concluyó Martín Díaz en nombre de su patrocinado.
Hasta tanto el Juez de Instrucción no defina qué resolver respecto al pedido de indagatoria de Cristian Graf, la fiscalía que investiga la muerte de Diego Fernández Lima y el ocultamiento de su cuerpo durante 41 años en el fondo de una casa en el barrio porteño de Coghlan no tiene previsto recolectar más pruebas ni solicitar nuevos testimonios. Claro que este panorama puede cambiar significativamente si Graf declara y también en función de lo que eventualmente declare. Además de ello, los familiares del joven que permanecía desaparecido desde el 26 de julio de 1984 cuando había sido visto por un amigo en la esquina de Monroe y Naón (es decir, a cinco cuadras de donde el 20 de mayo pasado se encontraron sus restos) están definiendo sus propios patrocinios legales para presentarse como querellantes, lo que les permitiría tomar vista del expediente y también proponer y ofrecer sus propias pruebas.
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