25 de abril de 2024

Editorial 12/04/2023

La deuda interna y los desafíos del año electoral

Opinión

Este año electoral transcurre en una coyuntura histórica particularmente compleja, con dos grandes coaliciones que volverán a dirimir sus fuerzas. La que prevalezca deberá dar respuesta a los diferentes problemas que nos afectan como sociedad en los escasos cuatro años que impuso la última reforma constitucional.

Por Gerardo Codina

Además, en ambos espacios previamente deberán saldarse las hegemonías determinantes del contenido programático y los estilos de acción política de cada uno.

En Juntos por el Cambio la pérdida de votos por derecha ante el surgimiento del fenómeno Milei, lleva a sus principales referentes a competir por quién se exhibe como el más duro en la represión de la protesta social o el más veloz en el ajuste de la economía, como si esas fueran soluciones viables para una sociedad como la nuestra y se pudieran aplicar sin una reedición del terrorismo de estado, impensable en el mundo actual. Sin embargo, saben por experiencia que una población agobiada por la imposibilidad de sostener sus rutinas diarias, en un estado de shock inducido por el continuo y severo empeoramiento de sus condiciones de vida, es más permeable a tolerar "cirugía mayor", si se le promete que después del dolor se curarán todos los males. La rebelión de las grandes empresas contra el plan anti inflacionario del gobierno, echa nafta intencionalmente a ese fuego, que corroe ferozmente las posibilidades electorales del oficialismo. Cómo plantarse frente al poder económico para sortear con cierta probabilidad de éxito la trampa mortal de la deuda macrista es lo que diferencia a las dos corrientes en las que se escinde el Frente de Todos.

El sector mayoritario demanda más activismo estatal a la hora de asegurar una mejor distribución de la riqueza, la deuda interna que alimenta el conflicto social. Sabe por experiencia que el capitalismo, librado a su propia dinámica de acumulación incrementada, solo construye mayor desigualdad. Pese a lo que declaró el ministro Massa respecto a que Argentina no es un país rico, sino uno con riquezas, de lo que se trata es de cómo se reparte el producto social, del que un sector de la sociedad ha fugado el equivalente a un año de trabajo de los argentinos. Argentina tiene aún muchas riquezas por desarrollar y muchos se ilusionan con esquivar el conflicto social existente, procurando un impacto progresivo del mayor producto generado con las exportaciones de combustibles fósiles, litio y cobre, hidrógeno verde y azul, además de tecnología nuclear o de la economía del conocimiento.

Pero, así como un sector de la sociedad se apropió de la renta agraria, también aspira a apoderarse de todas o gran parte de las nuevas fuentes de riqueza. A esas pretensiones hay que oponerse, si no se quiere reproducir la matriz de desigualdad existente. El nuevo ataque buitre perpetrado en los tribunales de Nueva York contra YPF es un aviso de que van por eso. Son los "cuatro vivos de siempre", de los que habló la Vicepresidenta hace más de un año en La Plata, que siempre responden con el mismo bolsillo avaro

Copyright © 2015 | La Síntesis - El primer diario digital de Saladillo